En estos cincuenta años en la comarca de Tomelloso hemos venido realizando distintos y variados cultivos agrícolas, habiendo dado cobertura a 15 especies de plantas que con mayor o menor éxito han proliferado en nuestras tierras y que se han venido cultivando a lo largo de estos años y muchos de ellos desaparecidos y hoy en día prácticamente olvidados.
La verdad es que salvo algún error u omisión que es posible que hallamos omitido son dieciséis los cultivos que en este período han ocupado nuestras tierras.
La evolución de cada especie vegetal ha dependido de muchas circunstancias que deberíamos mencionar como causantes de la propia evolución:
… Un primer factor ha sido la propia evolución de los mercados y las demandas comerciales.
… Indudablemente la problemática de la economía y control de la utilización del agua de riego y de las normativas sobre su uso, así como el mantenimiento de los niveles freáticos de los acuíferos han sido decisivos.
… La política agraria comunitaria también ha afectado en la desaparición de algunos cultivos y en el mantenimiento y proliferación de otros.
... Importante ha sido la evolución del tipo de cultivadores, pues se ha hecho notar un envejecimiento de la población y un menor volumen de incorporación a explotaciones, como consecuencias de la permanencia de los jóvenes en el campo, aliviadas en parte por las ayudas europeas y estatales para estas incorporaciones.
En definitiva todos estos factores y normativas han provocado una cierta reivindicación y afirmación de distintos cultivos como la implantación de otros poco conocidos o cultivados.
Así, la política de la P.A.C. influyó en distintos cultivos herbáceos que durante muchos años no tuvieron una repercusión económica esencial, sino únicamente con el objetivo de recoger las ayudas previstas. Entre estos cultivos nos encontramos los herbáceos como: Colza, Girasol, Cebada, Guisantes, Veza-avena y la intensidad en los cultivos de alfalfa y remolacha, que fueron desapareciendo. Una vez pasada la época floreciente en la que se formaron y crearon deshidratadoras de alfalfa, los grupos remolacheros. También es de destacar un despunte de la creación de invernaderos de plantas comerciales hortícolas como tomates, pimientos, berenjenas, que quedan escasas explotaciones.
Denotar la desaparición del cultivo de lentejas, tan popular en los primeros tiempos, hoy en día sin cultivo.
Sin embargo, sí se han introducido con carácter más intensivo las nuevas plantaciones de almendros, que a continuación han llegado dando paso a los pistachos, actualmente en franco progreso.
Y, en realidad, ¿cuáles son los cultivos que mantienen su estancia en nuestras tierras? Fácil de contestar. Sin lugar a dudas, las plantaciones de viñedo, que suponen el mayor porcentaje de cultivo, la permanencia del cultivo del olivar, incluso en la llanura y el mantenimiento en nuestros terrenos del cultivo del melón y de la sandía, los primeros tan típicos de nuestra comarca desde hacía muchos años y que aún siguen en vigor.
Nos queda reseñar el mantenimiento de cultivos como la cebada y la siembra de veza-avena, que forman parte de las explotaciones de regadío, como alternativa al consumo de agua de riego y como mera mención a las parcelas de ajos y de cebollas.
No debemos dejar de considerar a las ocupaciones de parcelas residuales de cultivo que se han venido dedicando a plantaciones forestales, de las que existen frecuente presencia en nuestros campos, así como terrenos dedicados a la instalación de placas solares.
Resumiendo, los cultivos que actualmente han seguido manteniendo su prestigio, su lugar y su importancia en nuestra comarca son: Viña y olivar, acompañados de la cebada y la evolución progresiva de almendros y pistachos.
No ampliamos la información relativa a la propia evolución técnica y práctica de cada cultivo, puesto que lo realizaremos en un próximo artículo.
