Virgen de las Viñas Tomelloso
Cuadernos Manchegos
Cuadernos Manchegos

Tomelloso es famoso y conocido por muchas razones y actualmente ha progresado más por saber dar valor la evolución de una ciudad que nació de la nada y que, a lo largo de su desarrollo social por el afán y constancia, ha conseguido disponer de un nivel de vida que permitiera a sus habitantes vivir de forma familiar y social y que se consiguió partiendo de una situación poco favorable y con unas condiciones geográficas, climatológicas y de disponibilidad muy limitadas.

Los que conozcan Castilla-La Mancha saben sobradamente que dentro de un territorio tan extenso existen unas zonas como es la verdaderamente propia Mancha, según las definiciones que conocemos de sus posibilidades de desarrollo y que esta zona se encuentra encuadrada dentro de la red de varias localidades y están ocupadas en este espacio propio y distintivo de otras comarcas de Castilla-La Mancha

Si lo definimos brevemente podemos asegurar que la propia zona que denominamos como Mancha pura, en la que está inmersa Tomelloso, es un espacio de terreno donde durante muchos años no quiso ser habitado por sus pocas propiedades de posibilidad de obtener economía de sus tierras.

Pero nuestros primeros pobladores decidieron sacar el fruto a unas tierras, unos parajes y una climatología que no podía dar mucho de sí, por sus escasos recursos.

Y no hablamos en vano, puesto que nuestras diferencias básicas de esta zona que llamamos Mancha pura, está compuesta por unos suelos agrícolas pobres, de escasa riqueza, muy mineralizadas y escasa profundidad; además añadimos que nuestras condiciones climatológicas son bastante poco favorables por tratarse de una llanura plena, donde el calor y las altas temperaturas no favorecen el aprovechamiento de la implantación de cultivar ciertas especies de plantas, así mismo la escasa aportación de vientos y aires con temperaturas adecuadas no provienen generosamente a lo largo del año, por lo tanto nuestros primeros moradores no tenían un gran porvenir en el momento de la decisión de ubicarse definitivamente.

Pero es necesario conocer que, cuando más difíciles son los problemas, es cuando los humanos, y en este caso nuestros primeros tomelloseros, se vieron obligados a hacer de la ocasión un porvenir halagüeño.

Así se produjeron continuas iniciativas que han llegado a la actualidad para poder llevar un nivel de vida adecuado para las circunstancias actuales.

Entrando en materia, digamos que en la época en que se comenzaron a plantar las primeras cepas y se pudo comprobar la buena adaptación del viñedo en la zona, por ser un cultivo sufrido y que permitía poder mantener un nivel de vida adecuado, el progreso fue inminente y muy rápido con el comienzo de plantaciones de viñedo en breves años.

En aquellos primeros comienzos, las uvas se llevaban a los pueblos cercanos de Socuéllamos y Alcázar para venderlas, desde los carros y bueyes de aquel entonces, que suponía gran trabajo y actividad, así como una escasa confianza en la valoración final que hacían los compradores del producto de sus uvas, fueron lo que indujeron a los tomelloseros a comenzar a pensar en otras soluciones.

Ya, en aquel entonces, en muchas de las casas existían pequeñas excavaciones subterráneas, sótanos o fresqueras, que el agricultor había realizado, que actuaban de frigorífico para conservar distintos tipos de alimentos y que se sabía que las temperaturas eran muy adecuadas para conservar este tipo de alimentos, así como la impresión que sería una buena medida para poder elaborar el vino en esas excavaciones.

A continuación, se iniciaron tentativas para poder ir ahondando en las fresqueras y, a pesar de las primeras dificultades, encontraron un terreno adecuado y fácil de trabajar, no sin grandes esfuerzos y tiempo empleado y se comenzó a proliferar la construcción de cuevas que todos conocemos y a completarse con la introducción de las primeras tinajas de barro.

 En esta zona de Mancha, que hemos nombrado, tuvo un rápido progreso, por lo que a la fermentación del vino se producía en perfectas condiciones ya fueron apareciendo compradores y almacenistas asentados en la localidad que comenzaron a comprar mosto y vino, no teniendo que depender de las uvas.

Tuvimos una época del florecimiento como consecuencia de la aparición y extensión de la plaga conocida como filoxera en 1868, que había afectado a casi toda España e incluso países como Francia e Italia, habiéndose producido la desaparición de grandes superficies de viñedo que obligaron a estos países a anular las tasas de entrada de vino desde España, con la consiguiente necesidad de cubrir sus necesidades.

En Tomelloso y las localidades de similares características agronómicas, esta plaga no se extendió, puesto que su forma de reproducción y proliferación no era la adecuada en las tierras tan frágiles y arenosas como las de nuestra zona, por lo que la expansión fue mínima o casi nula, lo que indujo a un incremento de las plantaciones de viñedo y una necesidad de mayor producción por disponer de un gran mercado a unos precios muy interesantes, lo que produjo que la construcción de cuevas se multiplicara de una manera muy rápida y que prosiguió hasta bien entrado el año dos mil.

A partir de esa fecha, el desarrollo de Tomelloso fue muy rápido con la instalación de bodegas con la entrada de empresas en la destilación de vinos, pero principalmente lo que más nos interesa es la creación de cuevas.

Se han explicado en muchas ocasiones cómo han sido nuestras cuevas y qué características disponen.

Las más importantes y representativas son las que hemos denominado cuevas familiares, porque la mayoría se construyeron en la propia vivienda del agricultor, aprovechando el patio o corral que disponían y que, generalmente, tenían la misma dimensión lineal que el largo de la fachada de la calle.

Cuevas de Tomelloso

En nuestros estudios hemos apreciado que en Tomelloso se debieron construir unas 2.200 a 2.600 cuevas a lo largo de todo el proceso, entendidas como aquellas que se encontraban en profundidad, es decir, verdaderas cuevas y no bodegas, que también existieron y existen.

Cuevas de Tomelloso

Haciendo recuento de todo el trabajo desarrollado en las visitas a las cuevas, hemos de decir que actualmente hemos visto y entrado en 627 cuevas en un proyecto que nace desde el año 2003 y, sin entrar en datos, hemos de decir que es maravilloso el trabajo, esfuerzo, cuidados y sacrificios que han realizado los tomelloseros por llevar adelante a su familia y sacarle provecho a su explotación, porque elaborar vino en su propia cueva daba como resultado poder tener una previsión para momentos de necesidad y que se utilizaba como fuentes de reservas para ocasiones definidas.

Cuevas de Tomelloso

Esta labor de los tomelloseros, que tanto progreso económico y social ha generado en la localidad,  hasta la fecha no se ha sabido valorar en su justa medida y hemos de hacer una alabanza a los movimientos, actividades, actos, charlas y conferencias que merecen nuestro progresos conseguidos, por merecimiento propio y hasta ahora insuficientemente extendido y que debe promocionarse y darse a conocer al público como ejemplo de laboriosidad esfuerzo y sacrificio realizados por unos agricultores que consiguieron mantener y progresar la economía de un pueblo y que son acreedores de un mérito bien ganado.

Como ya hemos recordado anteriormente nuestro estudio nace en el año 2003 donde se han visitado in situ 627 cuevas familiares y unas 35 consideradas como bodegas de elaboración, donde hemos podido  apreciar el  gran esfuerzo humano depositado en la apertura de estos espacios subterráneos que son verdaderamente alarmantes, puesto que para una cueva que podíamos considerar media de unos datos de entre 350 a 500 metros cúbicos de volumen vaciado de tierra, pasaríamos a estar hablando de una cantidad de 6.300 a 9.000 toneladas de tierra  extraída de cada cueva.

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