Los datos disponibles sobre los puentes construidos sobre lechos de los ríos son muy amplios en Castilla-La Mancha y los existentes gozan de gran fama y popularidad.
Se hace necesario reconocer que muchos de nuestros ríos secundarios, considerados como afluentes de segundo o tercer orden, por desgracia son ríos eventuales que no tienen o disponen de una caudal de agua continuo y dependen fundamentalmente de las precipitaciones que, como sabemos, son muy escasas, por lo que muchos ríos no llevan agua en verano y se encuentran secos.
No obstante, los situados en los ríos principales gozan de muy buena fama y entre ellos nos encontramos como el Puente de San Pablo, Puente de San Martín, Puente de Alcántara y otros que están considerados como famosos, populares y muy utilizados y visitados.
La realidad es que los puentes más antiguos, que son los peor conservados, especialmente en aquellos cursos de agua donde el cauce permanece seco, no se ha tenido mucha consideración en su estado, aunque en los últimos años gracias a las ayudas administrativas y municipales concedidas, se han estado rehabilitando muchos de ellos y actualmente se han recuperado para su suso y como consecuencia también para mantener en alza el patrimonio histórico, pues muchos de ellos son de construcción en la época romana actuando como calzadas de comunicación.
Como ejemplo, el rio Guadiana tiene treinta y tres afluentes y/o arroyos que discurren por las provincias de Toledo, Ciudad Real y Badajoz.
El río Tajo dispone de doce afluentes principales y 14 secundarios y recorre las provincias de Teruel, Guadalajara, Cuenca, Madrid, Toledo y Cáceres.
Todo ello enmarca el paisaje que podemos contemplar no solamente en las capitales sino en pequeñas poblaciones, donde estos pueblos son tan populares y conocidas por los vecinos, incluso consideradas como patrimonio propio de la población.
