Virgen de las Viñas Tomelloso
Cuadernos Manchegos
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En nuestro recorrido por buscar ejemplos de mujeres que han aportado fama, popularidad, arte, ciencia y otras experiencias en la historia mundial y donde han demostrado, esfuerzo, lucha y sacrificio intentaremos buscar distintas facetas de otras tantas profesiones, actos y trayectoria de cualquier tipo que aporten el vigor y la importancia de los relevantes aportaciones de las mujeres en los hechos de la historia de cualquier país.

En esta segunda oportunidad hemos seleccionado a una española que exportó su arte por otros países como Alemania, Francia e Inglaterra.

MANUELA PEREA, “La Nena”

Esta mujer nació en Sevilla en 1828 y desde muy pequeña  demostró su arte y habilidad por el baile flamenco, en una época en que este tipo de espectáculos era muy cotizado y donde el público acudía con gran  interés para estos actos artísticos de estilo gitano y flamenco, típico andaluces, donde las obras se basaban en los acostumbrados hechos entre gitanos, bandoleros y gentes de buen vivir y que gozaban de gran éxito y en los que a las bailarinas les llamaban boleras.

Manuela Perea era un mujer dotada de unas características para el baile diferente de las demás bailaoras de la época, pues reproducía distintos giros muy originales por su soltura, elasticidad y originalidad, que un poeta la calificó como  “hija del aire”. El apodo de “La nena” se refiere como parece natural por su baja estatura.

Ya a los dieciséis años fue contratada por una empresa londinense para el Teatro Real Londinense donde debutó junto con Félix García y compartiendo escena y tabla con grandes artistas de aquel momento. Una de sus primeras actuaciones importantes las realizó en el Gran Teatro de Barcelona con una obra andaluza con el bailarín  Manuel Pérez que posteriormente se separó de la bailarina  y llegó a dirigir varios teatros barceloneses.

Manuela Perea  se unió en una segunda ocasión como pareja de baile con el gran bailarín  Ricardo Moragas con el que recorrió prácticamente toda Europa.

En el año 1854 fue contratada de nuevo para el Theatre Royal Haymarket y apareció con su propio nombre y como bailarina principal con la presencia de primeras bailarinas de los teatros reales de Madrid y con un excelente resultado de público, ya que, aunque el espectáculo estaba contratado para unas pocas actuaciones, fue prorrogado unos meses.

Posteriormente regresó de nuevo a Inglaterra durante los años 1856,1857 y 1858 y también en los años sesenta en varias ocasiones alternando con otras actuaciones en  Berlín, París y Madrid y en 1859 se presentaron en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona con un programa  realizado por el propio bailarín Moragas con el título de “Celos y Caliá” y una segunda obra titulada “La hija del Guadalquivir” y un posterior de distinto estilo de baile con el título de “El Carnaval de Venecia”.

Continuó sus atracciones en España y su trabajo como bailarina durante el tiempo que estuvo en activo fue muy alabado por  famosos personajes como el poeta Gustavo Adolfo Bécquer y el mismo empresario ingles  Benjamín Lumley  y en el British Museo de Londres existe una anotación a esta bolera a la que  se la conocía  en Inglaterra como “la Venus Andaluza”.

Informaciones obtenidas de distintos artículos de vía digital y de la Revista “Historia y Vida” de Mayo de 1973, escrito por Estrella Biedma y de informaciones propias de revistas y publicaciones de biblioteca personal personales.                                 

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