Virgen de las Viñas Tomelloso
Cuadernos Manchegos
Cuadernos Manchegos

Mucho arte, sentimiento, emociones a raudales podrá presenciar el público que asista al magnífico espectáculo de danza flamenca "La bailarina salvaje" de la artista Lucía Ruibal y el maestro guitarrista y encargado de la dirección musical, el tomellosero José Almarcha.

Tendrá lugar este 4 de mayo a las 20:00 horas en el Teatro Municipal "Marcelo Grande" de Tomelloso en el que podremos deleitarnos con una portentosa puesta en escena donde la bailaora nos acercará a sus vivencias pasadas con poemas inéditos de su propia cosecha y que nacieron a partir de sufrir una crisis.

Con ellos, con ironía, emotividad y sentido del humor, la autora recordará la niña que fue, cómo descubrió la danza, su relación con el ámbito flamenco...y cómo una serie de sucesos le acabarán llevando a la búsqueda de la libertad de expresión.

Desde Cuadernos Manchegos hemos tenido la gran oportunidad de hablar con ella y descubrir la nueva etapa que está viviendo con su proyecto “La Bailarina Salvaje” y que plasmamos en forma de entrevista aquí.

C. Manchegos: Con 4 años comenzaste tus estudios de danza en El Puerto de Santa María, ¿cómo y de qué manera surgió esa vocación?

Lucía Ruibal: Al principio fue un juego, mis padres me apuntaron creyendo que podía ser una buena actividad extraescolar, la cosa es que enseguida sentí mucha diversión en aquellas clases, recuerdo que utilizábamos pañuelos e imaginábamos que se convertían en objetos con los que bailábamos. El primer baile que aprendí se llamaba “La danza de la cometa”, bailábamos imaginando que encontrábamos una cometa por la calle a la que hacíamos volar y, de pronto, una ráfaga de aire se la llevaba hacia el sol. Estoy segura que aquellos juegos despertaron mi creatividad y fueron fundamentales para forjar mi personalidad.

C. Manchegos: ¿Quiénes te apoyaron en tus inicios y qué experiencias y vivencias tuviste?

Lucía Ruibal: Mi familia es la mayor referencia que tengo en la infancia como casi cualquier niño, tuve mucha suerte de nacer en una familia con respeto y amor por el arte, siempre sentí apoyo y comprensión, aunque nunca hizo falta hablar de esto de una manera explícita, estaba en el ambiente, ya que en mi familia hay una gran afición por la música, el teatro, la danza… para mí fue muy fácil verlo como algo natural y sentir que podía ser un camino para el futuro.

C. Manchegos: ¿En qué momento y por qué decidiste dedicarte al baile flamenco?

Lucía Ruibal: Hasta los 14 años siempre había bailado danza clásica, pero con esa edad mis padres me llevaron a ver “Mariana Pineda” de Sara Baras en el Teatro Falla de Cádiz. Aunque tenía el flamenco presente por el lugar en el que he nacido y porque en mi familia se escuchaba a la par que otras músicas, nunca había bailado flamenco yo andaba en otras cosas, cuando vi ese espectáculo sentí que había descubierto cuál era la forma en la que quería bailar, lo tuve claro, sabía que esa música era donde podría ser más yo que nunca. Salí del teatro y supliqué a mis padres que quería empezar a bailar flamenco. A la semana siguiente mis padres, que nunca han dudado en acercarme a mis sueños, me apuntaron y desde ese día hasta ahora no he dejado de bailar flamenco.

C. Manchegos: ¿Crees que el flamenco está bien valorado y apoyado?

Lucía Ruibal: Creo que cada vez hay más conciencia del valor tan inmenso que tiene como arte, es una disciplina muy compleja, muy profunda y muy difícil de realizar, pero a la vez puede ser tan sencilla que ahí mismo es donde llega la dificultad de este asunto. Quizás lo más difícil de conseguir son esas pequeñas cosas que son las que hacen grande la vida. Pues eso mismo creo que ocurre con el flamenco: hay que entregarse en cuerpo y alma a él para luego poder tener esa naturalidad y esa verdad, para que así se transmita lo que debe sentirse al verlo o escucharlo.

Por desgracia, no todo el mundo tiene la capacidad de apreciar estos conceptos que te cuento, pero sí creo que cualquier persona que acuda a un espectáculo de flamenco puede apreciar la de años que hay detrás de estudio y dedicación.

En cuanto a las instituciones, creo que podrían hacer mucho más por apoyarlo, difundirlo y acercarlo a todas las personas, el arte enseña y sana, y el flamenco es el arte de nuestro país, ojalá lo tuviésemos mucho más a mano en cualquier ciudad.

C. Manchegos: ¿Con qué te quedas de esa nueva etapa en tu vida como bailaora flamenca y qué borrarías de ella o cambiarías?

Lucía Ruibal: No borraría nada, cada vez estoy más convencida de que las cosas ocurren y uno se va haciendo a sí mismo según las circunstancias. De esta nueva etapa me quedo con la serenidad que me provoca sentirme más libre, sentir que me cuido al no esconder lo que siento, al contar a los demás a través de mi espectáculo que debemos ser nosotros mismos, que no tenemos que tener tanto miedo a lo que piensen los demás.

C. Manchegos: ¿Cuáles fueron tus maestros y que destacarías de ellos?

Lucía Ruibal: He tenido muchísimos, desde mis primeras profesoras de ballet, hasta bailaoras y bailaores que me han marcado profundamente.

Dos maestras fundamentales en mi carrera fueron Mercedes Ruiz y La Lupi, es curioso ambas son de la misma etapa de mi vida entre los 18 y los 23, años en los que aprendí prácticamente todo lo que desarrollé como bailaora hasta ahora. Aprendí de ellas la disciplina, el amor por el baile: de Mercedes, muchas de sus formas corporales, de Lupi, cómo entender este arte del cante, el carácter y la manera de buscar tu personalidad.

Pero he tenido muchísimos maestros y también he estudiado de muchísimos bailaores sin que me hayan dado clase nunca, en esto no se para jamás.

C. Manchegos: ¿Qué es indispensable para ser una bailaora y qué sientes cuando estás encima de un tablao dándolo absolutamente todo?

Lucía Ruibal: La sensibilidad es indispensable para ser bailaora, sin emoción esto es un deporte y no se trata de eso. Hay más aspectos que te hacen bailaora, pero creo que el más importante es el de ser sensible.

Cuando bailo y de verdad se da la magia, lo que realmente me ocurre es que me evado y parece que estuviese bailando por mi algo que está más allá que yo misma, como si fuese una fuerza que viene de algún lugar para moverte, es muy mágico cuando ocurre, creo que es tal el grado de concentración, que consigues evadirte y dejarte llevar; esos son los mejores momentos.

C. Manchegos: ¿Cuál fue tu primera actuación, qué sensaciones tuviste?

Lucía Ruibal: Si te soy sincera no recuerdo una primera actuación al haber bailado ballet desde muy pequeña, estaba acostumbrada a bailar en los fines de curso; entonces una primera vez no recuerdo. Sí recuerdo cuando bailé flamenco sola la primera vez, me sentí muy libre, aunque el baile estaba montado, pude darle mi personalidad y, a diferencia de cuando bailaba ballet, sentí que era más yo y eso me dio mucho gusto.

C. Manchegos: ¿A qué edad empezaste tu carrera profesional y que destacarías de la Escuela de Baile “Amor de Dios”?. Cuéntanos alguna anécdota o vivencia.

Lucía Ruibal: Mi carrera, imagino que realmente empezó al terminar mis estudios en el Conservatorio Superior de Danza; fui entrando en la profesión muy poco a poco, pero creo que fue ahí. Más tarde, me vine a Madrid y aquí siento que fue donde se terminó de confirmar que me dedicaba a esto de una manera más estable.

Amor de Dios es la escuela de flamenco con más magia que he visto nunca, ahí no importan las apariencias ni lo que rodea a lo que de verdad importa. Me parece ejemplar el trabajo de Joaquín San Juan y le estoy agradecidísima por todo lo que hace por nosotros.

Una de las anécdotas que tengo en Amor de Dios es que al llegar a Madrid me apunté a las clases de Alfonso Losa, bailaor al que admiro muchísimo; yo estaba nerviosa por acudir su clase, fui el primer día y el segundo tuve que faltar, al tercer día, al volver, estábamos empezando a hacer una técnica de pies y vi que se acercaba a mí, me empecé a poner nerviosa a pensar ¿qué me va a decir? ¿viene hacia mí? ¿será porque no vine ayer? entonces, cuando estaba al lado mío, le di un abrazo y un beso y le dije: ¡Ay Alfonso, que ayer no pude venir, pero ya estoy aquí, y entonces él se rió y me dijo: “no, no, si me acerco a ti para decirte que te pongas en primera fila para hacer la técnica para que puedan seguirte los demás. Me dió mucha vergüenza aquel momento, ¡ja,ja,ja,ja!”

C. Manchegos: ¿Cómo, por qué y cuándo surge “La Bailarina Salvaje”?

Lucía Ruibal: Hace como cuatro años pasé una crisis vital y artística en la que no me encontraba; fue de aquella crisis, en la que tuve que reafirmarme como persona, donde comenzó a surgir La Bailarina Salvaje.

C. Manchegos: En este proyecto te acompaña un grupo magnífico de artistas, entre ellos José Almarcha, al que personalmente le tengo una gran admiración por compartir el amor por la guitarra flamenca, ¿qué podías destacar de él y de todo el grupo?

Lucía Ruibal: Tengo un grupo maravilloso, al que admiro profundamente; no todo el mundo puede contar para su primer proyecto con artistas y profesionales de la talla de ellos y eso hace que me sienta muy, pero que muy arropada. Son de un talento exquisito Roberto Lorente (cante), Ana López Segovia (dirección escénica), Marco Flores (colaboración coreográfica), Antonio Valiente (iluminación), Marina Perea (regiduría) y al sonido en esta ocasión estará Víctor Tomé, otro gran profesional del sonido.

José Almarcha me parece uno de los mayores exponentes de la guitarra flamenca de este país, lo creo profundamente. Ocurren varios factores que confluyen en José, cuenta con una técnica inmejorable que cuesta mucho encontrar de manera habitual en los guitarristas, pero, además de contar con una sonoridad flamenquísima, tiene ese don que solo surge en algunas personas y es su sensibilidad, su capacidad para emocionar a través de la guitarra, por eso compone como compone: una cosa es tocar y otra crear y él es un gran creador; es inmensa la suerte de contar con la composición de su música para este espectáculo.

C. Manchegos: ¿Qué ciudades habéis recorrido y qué crítica os llega del espectáculo?

Lucía Ruibal: Hemos estado en Madrid, Chiclana, El Puerto de Santa María, Rota y próximamente estaremos en el festival flamenco de Luxemburgo.

Hemos tenido muy buenas criticas, estamos felices porque sentimos que el público entra rápidamente en la historia e incluso se siente identificado con la idea.

C. Manchegos: Este próximo 4 de mayo visitáis la ciudad de Tomelloso donde nació José Almarcha y cuna de importantes artistas del flamenco. ¿Qué esperáis del público?, ¿Es un reto, una responsabilidad o ambas?

Lucía Ruibal: Tomelloso para mi es mi segunda casa, quiero mucho a este pueblo desde el primer día que vine supe que es tierra de arte, de diversión, de personas que han tenido que trabajar mucho para sacar adelante a su pueblo y eso se siente y me provoca muchísima admiración.

Siempre es una responsabilidad enfrentarse al público, este caso lo siento con respeto, pero con mucho cariño quiero devolver tanto amor como siento por Tomelloso.

C. Manchegos: Es tiempo de seguir disfrutando y de seguir expresando con tu danza, pero ¿podremos ver otra bailarina en un futuro?

Lucía Ruibal: Sí, próximamente estaremos en el Festival Flamenco ESCH en Luxemburgo y el próximo otoño en la Suma Flamenca de Madrid.

C. Manchegos: Muchas gracias por atendernos y que Tomelloso disfrute de todo tu potencial y de tu grandísimo espectáculo

Lucía Ruibal:  Gracias a vosotros.

Sobre la artista:

Bailarina SalvajeA los 17 años comienza a estudiar flamenco de la mano de Natalia Acosta. Pronto se formará con maestras fundamentales en su carrera como son ‘La Lupi’ y ‘Mercedes Ruiz’. A su vez termina sus estudios superiores de baile flamenco en el Conservatorio Superior de Danza de Málaga en la especialidad de coreografía.

Amplía su formación con maestros como ‘Yolanda Heredia’, ‘Alfonso Losa’, ‘Belén López’ o ‘David Paniagua’ entre otros.

Ha formado parte de compañías como las de Mercedes Ruiz , Juan de Juan, Carlos Saura con ‘Flamenco Hoy’ o Rafael Amargo. También actúa junto a su familia en el espectáculo ‘Casa Ruibal’ y en la gira “Ruibal”.

Gira en varias ocasiones con la fundación ‘Casa Patas’, actuando en Argelia, Túnez y Egipto. Protagoniza un anuncio para la televisión de Japón junto a la productora japonesa Palazzo.

En el 2016 gana el primer premio del ‘IV concurso tablao Villa Rosa’.

En 2019 dirige, coreografía y protagoniza, junto a Marina Perea su espectáculo "MaraMante" y protagoniza en solitario el videoclip del tema “Soledad” de Amaral, interpretándolo en directo en el concierto ofrecido por dicho grupo en el Wizink Center de Madrid en 2021.

En 2022 participa como invitada en el concierto del 20 aniversario del disco “Rock&Ríos” de Miguel Ríos en el Wizink Center de Madrid. Ha impartido cursos como profesora de flamenco en países como China, Austria, Italia….

Sobre el espectáculo:

El precio de las entradas es de 13€ en butaca y 11€ en anfiteatro. La compra de las mismas se podrá realizar en la Posada de Los Portales de Tomelloso, a través de la Página del Ayuntamiento de Tomelloso y en www.giglon.com

Lucía Rubial sobre “La Bailarina Salvaje”

Ahora desde la calma y el paso de unos meses miro este primer trabajo y me emociono profundamente, es mucho todo lo que sentimos y a todo lo que nos exponemos así que con este vídeo brindo por la niña que fui, la mujer que soy y la bailaora que esté por venir.

Ojalá consigamos ser más libres, más salvajes, más auténticos.

Equipo Artístico de “La Bailarina Salvaje”

José Almarcha: dirección musical y guitarra
Roberto Lorente : cante
Ana López Segovia : dirección escénica
Colaboración coreográfica especial: Marco Flores

La Bailarina Salvaje

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