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sábado, febrero 1, 2025
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-Publicidad-Cooperativa Bodega y almazara Virgen de las Viñas

Ya estamos en vendimia

Es inminente la cosecha de la mayor parte de la producción de uva de esta campaña, habiéndose iniciado la vendimia de las variedades tempranas y estando próxima a la tradicional cosecha de esta campaña vitícola.

Hemos de apreciar que la cosecha que esperamos es algo inferior que la de la campaña pasada, pero que podemos considerar como una producción normal y equilibrada.

Las condiciones climáticas desde la vendimia pasada han ido llevando una evolución que podemos apreciar como algo extraña, pero nada asombrosa para nuestra zona.

Las escasas precipitaciones de primavera no han favorecido la expansión en la generación de un nuev desarrollo radicular de las cepas que es siempre necesario, pues las cosechas siguientes dependen principalmente de la creación en el suelo de nuevas raíces que vayan sustituyendo a las envejecidas, de la misma forma que en la zona aérea ocurre en las cepas donde es necesario reponer los nuevos brotes.

Esta producción de raíces marcan el futuro desarrollo vegetativo de las cepas y son las que preparan a cada una de las plantas para poder enfocar todo su potencial productivo.

Si a esta escasez de lluvias se unen unas altas temperaturas y mantenidas durante el periodo final, hacen que las posibilidades de la cepa de poder desarrollarse con todo su potencial es limitado, pero, especialmente en esta campaña, cabe destacar las temperaturas nocturnas que han venido desarrollándose, incluso por encima de los 30 grados.

¿Cuál es la respuesta de la cepa a estas condiciones? Pues actúa como cualquier persona. La cepa está preparada para dar la producción que su capacidad le ha permitido su desarrollo vegetativo y, por tanto, las viñas saben adaptarse con suficiencia a lo que con posterioridad el clima: temperaturas, insolación y humedad le permitan, pero nunca más que lo que la cepa puede dar, por muchas operaciones agrarias hagamos.

La fertilización puede permitir un mayor desarrollo radicular, pero siempre hasta donde la cepa pueda, limitada por la tierra, su profundidad y su textura, y nunca más,  y el potencia productivo, es decir, los kilos que cualquier cepa puede producir no se aumenta por más que hagamos más allá de lo que cada cepa disponga, ya que todas las demás circunstancias de cultivo lo que deben hacer en mantener en equilibrio su capacidad productiva, pero nunca aumentarlo más de lo que la propia cepa es capaz de dar. Así, hay que tener en cuenta que los riegos facilitan y sostienen que la cepa pueda mantener su nivel productivo y es la labor principal de los riegos, pero nunca más de lo que se puede para el mantenimiento de su vegetación y su labor funcional en la fotosíntesis, al igual que las posible plagas y enfermedades deben controlarse para obtener su potencial productivo.

En muchos casos, intentar aumentar el nivel productivo que es capaz de producir una cepa, hace que la vegetación se desarrolle de forma desacompasada y obliga a la cepa a realizar excesos de desarrollo vegetativo que- curioso-, trabaja en contra con la calidad de los racimos.

En definitiva, intentar obtener aquello que no existe en viticultura, produce desarrollos de crecimiento nunca favorables a la propia capacidad de las plantaciones de estar equilibradas a lo largo de las campañas.

Por lo tanto, los aspectos climatológicos de esta campaña han delimitado las producciones y han sido fundamentalmente: falta de humedad en periodo primaveral, altas temperaturas, especialmente en las nocturnas y un ambiente seco generalizado.

Sin embargo, la calidad de las uvas es bastante aceptable, toda vez que las cepas han tenido la oportunidad de adaptarse a estas circunstancias equilibrando su potencial a las exigencias climatológicas, con una evolución por meses más estable, aunque no ideal, para poder conseguir su vendimia más acorde con las verdaderas posibilidades de las cepas.

En resumen, esperamos una campaña aceptable en cuanto a calidad, añadiendo que tampoco, salvo en algunas plantaciones, la no aparición muy alarmante de las conocidas plagas de araña, oidio, mildiu y polillas del racimo, que no han sido muy extensivas.

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