Sin lugar a dudas la mayor expansión de nuestras típicas bodegas tuvo su realización en poblaciones pequeñas donde sus habitantes habilitaban las cuevas para la producción de su propio vino y, en muchos casos, sabemos que llegaron a existir en algunas poblaciones tantas cuevas como familias, pues era frecuente que cada vivienda tuviera su propia bodega.
Otras poblaciones disponían de sus cuevas en la propia población, dentro de las propias viviendas donde habitaban, mientras que otras localidades aprovechaban los cerros o montículos del terreno, para, con pequeñas excavaciones, conseguían abrir el espacio suficiente para instalar los medios necesarios para la extracción de vino y su posterior depósito en cubos o toneles donde fermentaban.
No siempre las cuevas se excavaban debajo de la línea del terreno natural, pues algunas se hacían al mismo nivel, dependiendo del tipo de terreno donde se asentaban.
Un caso similar se nos presenta en la localidad seleccionada para este artículo.
CASTRILLO DE LA VEGA (Burgos)
Municipio y localidad situada al sur de la provincia, ubicada en la comarca de La Ribera y se encuentra separada por 88 kilómetros de la capital. El término municipal tiene una superficie de 2.640 hectáreas y está atravesada por la autovía A-11 y por la carretera nacional N-120, además por una carretera provincial y por otra local.
La población se está establecida a una altitud de 805 metros, siendo el punto más alto a 890 metros. Su población, en el censo del 2023, era de 613 habitantes.
Su existencia como pueblo data del año 912, por la conquista de la plaza de Aza por Gonzalo Fernández, conde de Lara.
Se ubica en un terreno llano y como patrimonio artístico dispone de la Iglesia de Santiago Apóstol y la Ermita de la Virgen de la Vega.
Además, se encuentran las ruinas de un puente medieval de San Roque y la Torre del Monte, que formaba parte de un antiguo castillo.
En el aspecto económico son muy importante las explotaciones vitícolas con la incorporación de la producción a la Cooperativa existente de San Roque de la Encina y a las modernas bodegas existentes en el entorno, en el número de tres: Abadía de Acón, Bodegas y Viñedos de Neo y Bodegas y Viñedos Linaje Gersea. Todas dependientes de la Denominación de Origen Ribera del Duero.
CUEVAS
La localidad siempre ha venido teniendo fama en cuanto a la calidad de sus vinos.
Mantienen un patrimonio de cuevas(bodegas) típicas de elaboración de vino, que se conservan en buen estado. Se han reconocido la existencia de 166 bodegas y 37 lagares en la población que datan del siglo XVIII y que mantienen su instauración actualmente, realizando su actividad únicamente en algunas ocasiones, con motivo de celebraciones de tipo familiar o reuniones de compañeros o amigos.
Las cuevas se ubican en la parte norte de la población, en la llamada Cuesta de las Bodegas, en pequeños cerros. Su estructura es la de caseta, con entradas rectangulares y paredes de piedras rectangulares y con tejados a dos aguas.
