Cuando despierta nuestro astro sol, la magnitud de la perspectiva a nuestro paisaje manchego impresiona y afecta a nuestra retina dándola una visibilidad que enmarca un panorama de amplitud, de magnanimidad, de esplendor y de una enorme visión inimaginable, con una extensión que lo llena todo.
En la madrugada manchega no es posible poder abarcar con una mirada todo el variado entorno que el sol manchego, en su generosidad, nos envía a los ciudadanos, seguramente enamorado él mismo de lo que le gusta recrearse con esa visión amplia, esplendorosa y que nos lleva a crear una imagen de seriedad, de tranquilidad, de buen ambiente, donde se nos viene a la cabeza la verdadera sensación de orgullo, de buen hacer con que actuamos los manchegos y que nuestro astro sol le gusta proporcionarnos para sentirnos con un delicado abanico de sensaciones que aporta nuestra idiosincrasia manchega, nuestra vocación de atrevimiento, de gallardía, de nuestros deseos de hacer siempre algo más y de aportar nuevas experiencias y conocimientos en beneficio de la sociedad, en un envite a la valentía de afrontar cualquier problema, de aportar soluciones a aquellos aspectos que los manchegos hemos sabido aportar con gallardía ante las escasas posibilidades que nuestra zona no ha podido ayudarnos y que, a la larga, los manchegos han sabido equilibrar, madurar y adaptar, obligando a acostumbrar a los medios, las plantas, el clima y los problemas de agua se pudiesen utilizar con la sensatez suficiente.
Nuestro sol manchego es sincero, total, sin ambages, duro, entero, serio, sin dobles intenciones, pleno, abrasivo y además es agradecido, compañero, completo, luminoso, limpio, puro y verdadero y especialmente, como valor principal y de mayor cualidad, es la de proporcionar luz al paisaje, ver las imágenes con total veracidad, tal como son, tal como la imagen verifica el ser natural de las cosas, de las personas, de los animales, de la vegetación y del paisaje manchego.
Enhorabuena a nuestro amigo el sol manchego en el día de hoy, que he tenido la oportunidad de encontrarme en el campo al amanecer, con un recuerdo inolvidable de belleza.