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viernes, febrero 21, 2025
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Traslado de los restos mortales de Ismael de Tomelloso: Un momento histórico

Este jueves, 20 de febrero de 2025, han sido exhumados los restos de Ismael de Tomelloso que se encontraban en el panteón con su nombre en el cementerio de Tomelloso. Después, en el templo parroquial de la Asunción de Ntra. Sra. de la localidad, han sido examinados por un médico y de nuevo inhumados para que se le pueda invocar como intercesor en la oración y confiar con fe en la realización de un milagro que lo llevaría al reconocimiento y a la declaración de beato.

En este 20 de febrero de 2025, a las 11:00 h. de la mañana, en el cementerio de Tomelloso, el Tribunal eclesiástico de la Diócesis de Ciudad Real, junto con los testigos que el mismo tribunal ha nombrado, y junto con los operarios del camposanto de la localidad manchega, se ha llevado a cabo la exhumación de los restos mortales de Ismael Molinero Novillo, conocido como Ismael de Tomelloso. El acto ha comenzado con un momento de oración y con el juramento de todos los testigos y operarios convocados.

A continuación, los restos mortales de Ismael de Tomelloso se han trasladado a la iglesia parroquial de La Asunción de Ntra. Sra., de Tomelloso. Allí los restos óseos han sido examinados por un médico. Posteriormente han sido de nuevo inhumados en un nicho preparado y bendecido en una de las paredes del templo parroquial. Así, ese lugar se convierte en lugar de oración y petición de favores por intercesión del venerable Ismael Molinero Novillo. Concluyó también toda esta intervención en la exhumación e inhumación de Ismael de Tomelloso con una oración.  

La causa de Ismael de Tomelloso sigue abierta

A partir de ahora, la causa de Ismael de Tomelloso sigue abierta y en proceso. La oración que dirigimos a Dios a través de Ismael de Tomelloso para obtener cualquier gracia o milagro, lo podrá llevar a su reconocimiento como beato. Si hubiera más de un milagro, y después de las investigaciones preceptivas, la Congregación para las Causas de los Santos podría aprobar su canonización y reconocerlo como santo de la Iglesia católica.

El pasado 23 de mayo de 2024, el papa Francisco autorizó al Dicasterio de las Causas de los Santos la promulgación del decreto relativo a las virtudes heroicas del siervo de Dios Ismael Molinero Novillo, conocido como Ismael de Tomelloso. Fue un seglar que nació en la localidad manchega el 1 de mayo de 1917 y que falleció en plena contienda civil en Zaragoza el 5 de mayo de 1938.

Este reconocimiento y declaración de Ismael de Tomelloso como Siervo de Dios por parte del Dicasterio que trata todo lo relativo a las causas de beatificación y canonización  significa que, después de amplias y profundas investigaciones, se ha comprobado que vivió de forma heroica las virtudes cristianas. En su caso, ofreció su vida y sufrimientos en grado heroíco.

Ismael de Tomelloso. Una vida en silencio

La vida y la muerte de Ismael de Tomelloso (1917-1938) transcurre entre las dos grandes guerras mundiales (1914 y 1939) y la guerra civil española (1936), durante la cual falleció en Zaragoza como prisionero. Fue un joven alegre, simpático y divertido, que tocaba la guitarra, el laúd y la bandurria, siendo imprescindible en todas las fiestas que celebraban los jóvenes y las pandillas de su pueblo, y así continuó durante el tiempo que permaneció en el frente.

Movilizado el 18 de septiembre de 1937 por el ejército republicano, con la denominada quinta del biberón, fue llevado a Teruel, hecho prisionero en la batalla del Alfambra y trasladado al campo de prisioneros de Santa Eulalia del Campo, donde comenzó el misterioso sacrificio de su silencio porque, pudiendo haber sido liberado como miembro de Acción Católica, no lo hizo valer, soportando toda clase de sufrimientos hasta que, viéndose próximo a la muerte, rompió el silencio para pedir la confesión y la comunión, declarando al capellán de la prisión su vocación de sacerdote.

Cuando murió, su tumba en el cementerio de Torrero, en Zaragoza, fue objeto de peregrinaciones constantes por su fama de santidad y fue honrada y cuidada por jóvenes de Acción Católica hasta el 13 de mayo de 1950, fiesta de la Virgen de Fátima, que sus restos fueron exhumados y venerados devotamente en el traslado a su paso por Madrid, Alcázar de San Juan, el Romeral y Argamasilla de Alba, hasta Tomelloso, donde reposan desde el 15 de mayo en un panteón erigido por suscripción popular.

Su fama de santidad fue celebrada con gran devoción en toda clase de manifestaciones, homenajes, peregrinaciones, actos multitudinarios que se convocaron espontáneamente en diversos lugares de España, pero merecen especial atención el celebrado en Zaragoza en 1940, y en Tomelloso el 20 de mayo de 1956, donde se rindió un homenaje de la Acción Católica con motivo del VII Día del Joven, que también fue dedicado al Santo Padre Pío XII en su 80 cumpleaños. A partir de esta fecha se hizo un silencio misterioso sobre la vida de Ismael.

Fuente: ismaeldetomelloso.com

Anexo informativo

Cuatro momentos en el camino a los altares

Son cuatro los pasos en el proceso de canonización. En primer lugar el obispo de la diócesis y el postulador de la causa presenta un informe sobre la vida y las virtudes de una persona. La Congregación para las Causas de los Santos revisa en profundidad toda la documentación aportada y concede, si procede, el Nihil obstat, es decir que se puede iniciar el proceso canónico. La persona es reconocida como Siervo de Dios.

En el segundo paso se reconoce la persona como venerable. Es una camino complejo que comprende, a su vez, cinco etapas en las que se examina su vida, sus escritos, se reciben exhaustivos testimonios de testigos. Estas tres primeras etapas concluyen con el estudio y discusión por parte de un equipo de teólogos sobre toda la información recabada. La última etapa es el reconocimiento del Santo Padre con el que se decretan las virtudes heroícas. Así el que primero fue reconocido como Siervo de Dios se reconoce ahora como Venerable.

El tercer momento es en el que se propone a la persona reconocida como venerable como modelo de vida a la comunidad cristiana e intercesor ante Dios. No solo es necesario que el candidato tenga fama de santidad, sino también que exista algún milagro que haya sucedido por su intercesión. Lógicamente, todo esto tiene que ser también susceptible de estudio. Es un proceso amplio y exhaustivo. La conclusión de este tercer momento es la ceremonia de beatificación y ya se reconoce a esa persona como beato.

Por último, el cuarto momento, después de la aprobación de un segundo milagro, del estudio pertinente, la persona reconocida y declarada beata es reconocida y declarada santa. La conclusión de este cuarto momento es la ceremonia de canozación.

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