El sector vitícola en Castilla-La Mancha en los últimos 30-40 años sufrió una sensible modificación en muchos aspectos derivados de una nueva legislación, de la introducción de ayudas y apoyos a las plantaciones de viñedo, el sistema de cultivo con plantaciones en formas apoyadas y, especialmente, con la introducción de nuevas variedades, que permitirían abrir y cubrir las necesidades de los mercados consumidores.
Esta evolución ha llegado a su momento más álgido, pues el viticultor ha modificado sensiblemente sus plantaciones, donde ha sido necesario una adaptación a esta renovación práctica y técnica del cultivo, con una sensible mejora en los métodos de cultivo, como una mayor mecanización.
Uno de los factores más sensibles ha sido la de las llamadas variedades mejorantes de nueva introducción, provenientes de otras zonas productoras, incluso de otros países, manteniendo el cultivo de las dos variedades tradicionales de La Mancha y, lógicamente, de Tomelloso como la variedad Airén y la variedad Cencibel (Tempranillo).
Una de las mayores dificultades de estas nuevas variedades ha sido la de adaptarse al clima de nuestra Región, que, en algunos casos, aún todavía siguen teniendo algunos problemas de aclimatación, pues hay que recordar que estas variedades introducidas provienen de zonas de producción de mayor generosidad en sus variantes climáticas y también la adaptación al tipo de suelos y no dejamos de dejar pasar su resistencia a plagas y enfermedades, también distintas.
Hemos intentado hacer una relación de parcelas del término de Tomelloso de las variedades más importantes de nuestra Región con sus características.