A apenas 900 metros de su casco urbano, en el paraje de la ‘Cruz de Mayo’ que cobija un mirador del Mueso de Atardeceres del Valle de Alcudia, Brazatortas ha empezado a desentrañar un nuevo yacimiento prehistórico, capaz de explicar la secular importancia de la comarca como punto de confluencia de culturas y asiento trashumante.
Los trabajos que financia en exclusiva el Ayuntamiento, “por el interés que tenemos en ofrecer nuevos alicientes para respaldar un turismo interior de calidad como vía complementaria de riqueza en nuestro municipio”, como dice el alcalde Pablo Toledano, han permitido sacar ya a la luz destacables restos de las edades del Bronce y del Hierro.
Esta semana se cierra tan fructífero mes de estas primeras prospecciones realizadas al hilo del proyecto ‘Pastores trashumantes, minería y sociedad en el Valle de Alcudia durante la Prehistoria reciente’, codirigido por el equipo de investigación que integran los arqueólogos Víctor López Menchero, David Oliver y Alfonso Monsalve.
Este último, en nombre de estos compañeros, agradece la sensibilidad y el apoyo del Consistorio torteño costeando las suyas y las no menos importantes labores que sobre el terreno hacen las arqueólogas y antropólogas forenses Verónica Luján y Paula Chirosa y aportando a las excavaciones también cuatro operarios de un plan de empleo local.
Trabajos que han permitido focalizar dos zonas temporalmente distintas en esta especie de acrópolis. En la superior “hemos encontrado una serie de estructuras de la Edad del Hierro, pensamos que alrededor del siglo VII antes de Cristo”. Restos cerámicos también encontrados aquí, así podrían ya atestiguarlo.
Y en la ladera sur “hemos encontrado niveles del Bronce, todavía sin una cronología precisa y exacta, pero pensamos que puede oscilar entre el Bronce Medio y el Bronce Final”, explica Monsalve, quien junto a sus compañeros deben determinar si ambos enclaves tan cercanos “se superponen o son dos poblados distintos”.
Sea como fuere, los investigadores manejan como hipótesis de partida que quienes “vivieron hace miles de años a este lugar lo hacían interesados por los pastos, pero también por los metales”, tesis que respaldan hallazgos en la zona de “ciertos materiales que son foráneos aquí, que no se encuentran aquí y que tuvieron que ser traídos a través del intercambio”.
Trueque de metales al calor de los pastos del Valle de Alcudia
Un trueque que para este equipo de arqueólogos da pie a “una de las grandes preguntas que nos intentamos responder”, en torno al acceso a metales propios de la comarca del Valle de Alcudia y también el acceso a los pastos para culturas ya tan ganaderas por entonces que incluso se han localizado en el yacimiento muescas de primitivas queseras.
“Hay que pensar que Ciudad Real, hace miles de años, especialmente en la Edad del Bronce, pero también del Hierro, era un lugar dinámico de poblaciones humanas que se movían y que transportaban mercancías, a veces provenientes de cientos de kilómetros de distancia”, afirma Alfonso Monsalve.
Por lo pronto, los trabajos en lo alto de la Cruz de Mayo, Edad del Hierro, han permitido localizar “grandes lienzos de muros y una posible torre que actuaría como bastión defensivo, pero ahí todavía tenemos que seguir excavando porque pensamos que ciertas habitaciones o ciertos espacios se adaptarían a estas estructuras defensivas”.
Y a nivel material, abunda, “hemos encontrado todo el abanico de materiales que se espera encontrar en la Edad del Hierro, material cerámico a torno generalmente dadas estas cronologías, pero también hemos encontrado metales como el plomo, el bronce y el hierro”, así como un depósito con resto animales que dan pistas de la alimentación.
En cuanto a la prospección de la ladera, Edad del Bronce, “hemos descubierto material cerámico y una gran cantidad de sílex, material que no no se encuentra de forma natural en este territorio, por lo que pensamos que dada la gran cantidad de restos sería un producto usualmente usado durante estas cronologías del Bronce”.
Todas las piezas que han sido extraídas, de tamaños y pesos muy diversos aunque proliferan las más pequeñas y ligeras, se están trasladando a unas salas de titularidad municipal, cedidas por el Ayuntamiento de Brazatortas para el trabajo de laboratorio y catalogación que el equipo de especialistas prevé que se puedan prolongar hasta la próxima Navidad.
Tras las evidencias de la cultura y asentamientos primitivos
Las futuras investigaciones en la zona pretenden ir datando la ocupación en cada estrato a través de materiales y de pruebas radiocarbónicas para trazar, así, “cómo fue la evolución cultural y de asentamiento, sobre todo en el Valle del Ojailén y en el Valle de Alcudia, que es uno de los futuros objetivos a nivel científico de estas excavaciones”.
Excavaciones que, en línea con las pretensiones del Ayuntamiento de Brazatortas, pueden “resultar un nuevo atractivo como parte de dinamizadora del turismo y de la economía local. La arqueología o la cultura no deben ser vistas como un gasto, sino como una inversión”, precisa el arqueólogo.
Alfonso Monsalve apostilla en este sentido como “la cultura siempre es una inversión, no sólo a nivel educativo, sino que también puede generar riqueza, puestos de trabajo y diversificar la economía en las zonas rurales, que hoy por hoy sufrimos esta lacra de la despoblación debido a factores económicos y sociales que todos conocemos”.
Y sobre este particular el alcalde recuerda la pretensión municipal de poner en valor este tipo de enclaves a nivel científico, como así sucede ya en el Cerro de la Cruz de Mayo con fondos propios dado que “no tenemos ayuda ni colaboración de ninguna otra administración, al menos en esta primera campaña y ya veremos para las próximas”.
Investigación y puesta en valor turística
“La arqueología y el patrimonio arqueológico se tiene que poner también al servicio de la economía local, teniendo también en cuenta como otro medio más en la lucha contra el despoblamiento”, abogando Pablo Toledano por la puesta en marcha en la comarca de un circuito temático con estos contenidos, para visitar así diferentes yacimientos.
Por eso el regidor explica que así se concibe “un recurso turístico más que, de común acuerdo con los arqueólogos, hemos visto que se pueden hacer unas campañas interesantes y, al mismo tiempo, puede ser también una puesta en valor que puede repercutir positivamente en el municipio”.
Así, la semana pasada, en las varias jornadas de puertas abiertas que se han celebrado, se ha despertado un interés mayúsculo entre la propia población torteña, que también da pie a futuras visitas de profesionales especializados en la materia, interesados en que, más allá del arte rupestre, se puede seguir la pista al Bronce en la comarca.
Solamente el sábado fueron alrededor de 40 las personas que se acercaron a un yacimiento con el que, en definitiva, apostilla Toledano, “este Ayuntamiento apuesta por la cultura y en este caso por la arqueología, porque considera que es una forma de invertir en el futuro pues al final genera riqueza partiendo de todo lo que tenemos”.
Con todo, investigadores y alcalde coinciden en apreciar que este nuevo yacimiento en la ‘Cruz de Mayo’ “puede ser coetáneo a otros en la provincia, como Alarcos o Cerro de las Cabezas, en este caso la Edad del Hierro”, en tanto que, para la otra zona excavada, de la Edad del Bronce, todavía se tiene que esperar al afloramiento de más indicios.
Toledano Dorado confía en que parte de los hallazgos en la ‘Cruz de Mayo’ puedan posteriormente formar parte del Centro de Interpretación del Valle de Alcudia que también ha levantado el Ayuntamiento torteño y que sigue pendiente de los prometidos apoyos del Gobierno regional para su próxima fase, la musealización.