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Aventuras y desventuras de don Quijote de la Mancha (VII) : Don Quijote navegando
C. Manchegos | Tomelloso | Cultura | 23-05-2022

Aventuras y desventuras de don Quijote de la Mancha (VII) : "Don Quijote navegando"

Pasamos al CAPÍTULO XXIX -Segunda parte

De la famosa aventura del barco encantado

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Cervantes combinaba diversos sucesos y aventuras de manera desglosada en algunas ocasiones y de forma muy simple en otras, mezclando aventuras en varios capítulos, incluso algunos entrecortados y otros de breve y rápida solución, como es el caso del que brevemente vamos a resumir.

Don Quijote se empeña en coger una barcaza de pescadores que se encontraba a la orilla del río Ebro, imaginando que se trataba de ir a socorrer a “algún caballero o a otra necesitada y principal persona”, por lo que dejan atadas a sus caballerías y se montan en el barco deslizándose por el río, que, pasado un tiempo, las aguas comienzan a cobrar velocidad y Don Quijote observa unas aceñas, que confunde con unos castillos, con la suerte de que unos molineros y pescadores que se encuentran en las aceñas y pescando se dan cuenta del peligro y, sin pensárselo dos veces y   enharinados, intentan rescatar la barcaza y sus ocupantes, a lo que Don Quijote al ver   la gente blanqueada y corriendo como locos ,  interpreta que son unos bandidos que vienen a por ellos, por lo que saca su espada y se envalentona con los pobres molineros.

Recuperados de la corriente del río y habiendo caído Don Quijote al agua, saliendo malamente y hundiéndose un par de veces por el peso de su armadura, los salvadores comprueban la locura de Don Quijote, pero le exigen que paguen los desperfectos ocasionados en su barcaza, pagando Sancho la cifra de cincuenta reales y los pescadores y molineros se volvieron a sus quehaceres tratándolos de locos.

*** Se hace necesario copiar íntegramente la descripción que hace del río Ebro: “…. La amenidad de sus riberas, la claridad de sus aguas, el sosiego de su curso y la abundancia de sus líquidos cristales, cuya alegre vista renovó en su memoria mil amorosos pensamientos…”

*** También resulta muy expresiva su comentario cuando trata de cobarde a Sancho Panza con estas expresiones: “… ¿De qué temes cobarde criatura? ¿De qué lloras, corazón de mantequilla? ¿Quién te persigue o quién te acosa, ánimo de ratón casero? ¿O qué te falta, menesteroso en la mitad de las entrañas de la abundancia?” ....

*** Cuando Sancho Panza abona la cantidad estipulada a los pescadores, remata de la siguiente forma: “A dos barcadas como ésta, daremos con todo el caudal al fondo”.

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