El poeta, escritor y artista de Tomelloso, Dionisio Cañas, recibió este pasado jueves de mano del alcalde, Javier Navarro, el Título de Hijo Predilecto de la localidad, en un acto institucional celebrado en el salón de plenos del Ayuntamiento, coincidiendo con su 75 cumpleaños y rodeado de familiares y amigos. Un acto que fue presidido por el alcalde de la ciudad, Javier Navarro, quien ha afirmado que “Dionisio estaba llamado a ser Hijo Predilecto de Tomelloso antes incluso de ser poeta y escritor”, por “su admiración casi existencial por su pueblo” y por su “profundo amor por lo rural, la tierra y el campo”.
También intervino Santiago Arroyo, “intelectual, profesor y gestor cultural”, también de Tomelloso, y amigo de Dionisio Cañas que ofreció unas palabras que reproducimos a continuación:
Señor Alcalde de Tomelloso
Señores y Señoras concejales.
Amigas y amigos
Hoy es un día importante para la ciudad de Tomelloso, pues se reconocen los valores de uno de sus hijos. Y los valores de Tomelloso se encarnan hoy en la persona de Dionisio Cañas. Y aquí me tienen, abrumado y sorprendido de que hoy el discípulo apadrina inmerecidamente al maestro, "en esta hora poética perfecta del mediodía", que diría Paul Valery.
Dionisio Cañas es ya parte íntegra de nuestra historia colectiva y también de nuestra memoria personal, pero su entusiasmo y su fuerza vital, y, sobre todo su ética firme y una intensa defensa de la amistad, hacen que pronunciar algunas palabras me produzcan un inmenso orgullo, y el mismo tiempo vértigo, por lo importante de la ocasión y por el lugar, especialmente por el simbolismo del acto y un reconocimiento justo.
Quien conoce a Dionisio sabe a ciencia cierta que no ha sido muy partidario de premios y reconocimientos, pero este, que viene de su pueblo, al que se siente unido desde siempre, es diferente, es especial, es único.
Hablando Dionisio de Antonio López Torres señalaba que estaba "tan peculiarmente pegado a su tierra", que bien podríamos aplicar a su trabajo, incidiendo en que "permaneció fiel a su pueblo, a su tierra, a la realidad que le rodeaba". Dionisio Cañas ha mantenido una fidelidad inquebrantable y tierna con la ciudad de Tomelloso en presencia o en ausencia, y esa relación con la ciudad se ha personificado en personas como yo, que hemos disfrutado de su magisterio sincero, abierto e infinitamente amable. No importaba cuál fuera el mensaje o que fuera a través de correo, de una carta o de WhatsApp. Dionisio Cañas siempre ha prestado especial atención a la comunicación, a la palabra en diálogo, estanto atento y pendiente a cada paso compartido.
Creo que todos los que estamos aquí somos conscientes del amor por la vida de Dionisio Cañas, de su entusiasmo por todo lo que hace capacidad de entusiasmar a quienes le rodean y de rebuscar imágenes y palabras, para ver mucho mejor la realidad, como él decía, un bien mirar como recurso inmediato para alcanzar algo más allá de toda realidad, la verdad eterna... Y al mismo tiempo, aprender a convivir, con una realidad que sólo a través de la continua atención podremos desenmascarar y llegar a aprehender en su más pura esencia.
Dionisio Cañas es una persona comprometida con su pueblo, con su mundo. Ciudadano del mundo de Tomelloso. A pesar de vivir más de la mitad de su vida lejos de aquí, a Dionisio pocas cosas de Tomelloso le han sido ajenas. Y esta cercanía tan radical ha impedido que no siempre Tomelloso haya sido tema de su poesía, que ha ido siempre más allá de los límites de la palabra, la página y el libro.
Fue desplegando en la distancia su amor por Tomelloso, volviendo lentamente, recordando Tomelloso en los rincones de Nueva York y acercándose cada vez más a sus raíces, a su tierra, a su querida Madre Isabel.
Dionisio ha convertido sus acciones en poemas, pues el único deber del poeta es de ser plenamente del tiempo que le ha tocado vivir. La tarea del poeta, pues, es la de estar siempre preparado para aceptar la palabra venga de donde, y de quien, venga, según sus propios postulados.
Dionisio ha recitado poesía en diferentes idiomas en la sede de Cáritas de Tomelloso.
Y podría seguir. Porque sus acciones han mejorado siempre el mundo y han transformado la realidad.
Precisamente para reflejar su persona y su carácter, hace seis años, en la Universidad de Salamanca, en su octavo centenario, reunimos a numerosos especialistas en la obra de Dionisio Cañas y allí se puso de relieve que es un artista y poeta esencial en la historia de la literatura iberoamericana, pero también un gran lector y un excelente profesor. Pocas personas han tenido un estudio tan municioso en la Univerisidad más antigua de España, precursora del derecho internacional, y la Universidad de Unamuno, con quien Dionisio Cañas guarda un gran parecido intelectual y personal, porque nada de lo que pasa en Tomelloso le es ajeno.
Habiendo celebrado el simposio en la ciudad de Fray Luis de León, en la ciudad de Francisco de Vitoria y en la ciudad de Miguel de Unamuno, podemos enlazar su obra a estos tres perfiles filosóficos con quien Dionisio Cañas comparte cosmovisiones. Son al mismo tiempo filósofos y hombres de acción: la intuición lírica en el caso del poeta de Belmonte y su gran afán por un mundo más democrático y más justo a través de la palabra; el internacionalismo del impulsor de la Escuela de Salamanca, cuyas tesis recuerdan los esfuerzos de protección de las personas de Dionisio en Lesbos varios siglos después; y un existencialismo de marcado carácter personal y espiritual del que fuera rector salamantino. Con todos ellos comparte el impulso transformador: filosofía y vida están estrechamente relacionadas en todos ellos. No se entendería su vida sin la filosofía ni su filosofía sin la acción ética presente siempre en todo lo que emprende.
Dionisio sigue preguntando cosas al mundo, a través de la poesía, y especialmente en todo lo que nos hace humanos, su legado se extiende con la fertilidad y la persistencia de la higuera y, como ella, va aportando sus beneficios en aroma y frutos, en esta tierra, que junto al paisaje y la piedra están en su poesía...
Su labor ha sido doble: por un lado se ha dedicado a “pensar” la poesía y por otro se he dedicado a “hacerla”, o quizás los dos actos son uno solo. Dionisio Cañas ha combatido para que la poesía salga del espacio exclusivo de los libros, como la canción, el vídeo, el ordenador, internet, la calle y la realidad virtual. Fue un pionero en este ámbito de expandir la poesía a otros canales, siempre reivindicando el valor de la palabra cuando la imagen es dominante, en un mundo multicultural y multilingüe a través de una poesía urbana de Nueva York sin dejar de reivindicar la tierra propia.
Dionisio Cañas nos ha enseñado que "el poeta verdadero no debe preocuparse del estilo ni del soporte en el que se puede expresar su poesía; el problema del estilo concierne a críticos y a historiadores; el soporte para su poesía es tradicionalmente la página impresa, pero en verdad no hay por qué limitarse a ese soporte. La fotografía, el cine, el vídeo, las artes visuales en general, la performance, las acciones, la radio, las instalaciones, el espacio virtual de Internet, el teléfono móvil y los soportes digitales en general son algunas de las posibilidades de la poesía actual."
Dijo el recientemente nombrado hijo adoptivo, Valentín Arteaga, en referencia a Dionisio Cañas que "tiene Tomelloso muy ancho y crecido el corazón. Y una manera infinita de desposarse con los despropósitos, con el encantamiento que concede el milagro, con la poesía, que es cada vez más, un parentesco con lo religioso." En 1987 escribía el poeta criptanense en Lanza sobre nuestro poeta que Tomelloso tiene que sentirse orgulloso de contar con un poeta de la talla lírica de Dionisio Cañas. Hoy ese orgullo se institucionaliza.
Lleva dentro de sus ojos innumerables paisajes muy diversos, y siendo su poesía primera una exploración de su propia persona, es un amante enfervorecido y apasionado de la poesía y de la vida. Apuesta por la amistad.
Y con la persistencia y el afán de un campesino, hemos visto a Dionisio trabajar sin cesar habiendo consagrado toda su vida profesional (casi cincuenta años) a pensar y actuar, sirviéndose del lenguaje poético sin dejar de ser una persona admirable, ética, íntegra, valores que representan los valores de Tomelloso y que ha tratado de despertar en las personas más jóvenes siempre atento a otras posibilidades culturales.
Como decía al principio, Dionisio Cañas encarga los valores más importantes de Tomelloso, y como dice el himno de la ciudad:
Voy concluyendo, pues la obra intelectual y personal de Dionisio, pretende ser, no una especulación que nos descubriese los arcanos intelectuales del mundo, sino una doctrina para ser vivida, una doctrina para enderezar la vida de los hombres por los cauces de la humanidad, del progreso y de la fraternidad humana. Todo su trabajo es una doctrina de acción que, al llenar la vida de un hombre, amuebla su intelecto y estimula su corazón y da una pauta a su vida rígida, moral, completa y activa.
Dionisio Cañas no tenía sistema porque había puesto el pensamiento y la poesía al servicio de la vida intelectual, y cualquier manifestación intelectual era recibida por él con todo respeto
Con su talante abierto y cercano, los discípulos se acaban convirtiendo en amigos o son amigos que colaboran.
En el centro de sus trabajos encontramos al hombre y a la mujer «de carne y hueso», con quienes comparte un entusiasmo vital y creador que le ha llevado a realizar diferentes proyectos, desde los más académicos hasta otros más poéticos, históricos, locales, ensayísticos, filosóficos y estéticos, culminados con una mirada antropológica muy personal que conecta magistralmente lo académico con los bares de pueblo.
Vida y pensamiento son lo mismo en sus textos y en su vida. Se examina a sí mismo mirando al otro desde multitud de perspectivas, con un pensamiento insertado en su realidad vital.
En sus acciones poéticas defiende una necesaria revolución cultural para retornar a la dignidad de la vida ligada a la tierra, el respeto por la naturaleza y el campesinado y el redescubrimiento de las relaciones humanas más conectadas con los sentidos frente a la sensibilidad urbana mercantil, la idea de éxito, de los intereses creados, de la prisa y del miedo al prójimo.
Todos exponen la riqueza y la complejidad de las aportaciones poéticas, artísticas y filosóficas de Dionisio Cañas, para que otros sigan aprendiendo con sus textos y su ejemplo, en diálogo permanente con sus textos e imágenes, con sus paseos y viajes, siempre alerta ante la posibilidad de un mundo mejor, más justo y más humano.
La poesía de Dionisio Cañas que vivió en Francia nueve años y en Nueva York treinta y tres, está marcada por el aquí y el allí, entre Nueva York y La Mancha, lo rural y lo urbano. Sus libros se han expresado siempre desde una geografía emocional donde su poética adquiere múltiples significados.
Ese el valor y la originalidad de la trayectoria poética de Dionisio Cañas, recuperar con palabras las emociones más reales de la existencia.
He visto en muchos lugares hablar a Dionisio de Tomelloso, que como hoy mencionada en la radio es siempre su lugar de retorno al centro de su vida y trabajo.
Dionisio Cañas, sin exclusivismos ni excepciones partidistas; ha realizado siempre por la crítica armoniosa y constructiva, finalizado múltiples proyectos orientados por un sentido deseo de comprensión; por el afán de hacer una historia no meramente erudita o estadiza, sino en diálogo vivo y fecundo con el presente... y con los protagonistas de la poesía y del arte en todas sus manifestaciones, y con sus gentes; por todo ello Dionisio Cañas ha realizado una obra delicada y de indudable calidad científica y humana, con una elegante impresión de dulzura hospitalaria y de fina simpleza.
Dijo su gran amigo José Hierro, en un poema que dedicó a Dionisio, Oración en Columbia University,
Bendito sea Dios, porque inventó el silencio,
y el chirrido de la chicharra,
y el lagarto de fastuoso traje verde,
y la brasa hipnotizadora
Y -digo yo- bendito sea Dios por regalarnos el corazón limpio de Dionisio Cañas.
Gracias Dionisio por darnos luz y verdad.
Tomelloso, 7 de noviembre de 2024
Santiago Arroyo Serrano. Doctor en Filosofía y Académico de Ciencias Sociales y Humanidades de Castilla-La Mancha