Este año se ha concedido el mayor galardón que el Ayuntamiento de Tomelloso otorga en la Feria y Fiestas de la localidad al personal del Hospital, los centros de salud y el 112 de Tomelloso, como reconocimiento a toda su labor en la pandemia.
Hablamos con Mayte Moreno, coordinadora médico de los servicios de Emergencia del Centro Base del 112 de Tomelloso, en un día que tristemente nos comunicaba el fallecimiento de otro compañero médico del servicio 112.
Cómo valoráis el nombramiento de Viñador de Honor?.
Hemos pasado tanto que todo lo que se nos reconozca es un honor. Nosotros lo hemos hecho de todo corazón, todos lo que estamos en el Centro Base y en este servicio en concreto, tenemos una profesión vocacional, nos gusta lo que hacemos y nos gusta mucho ayudar a la gente.
El sufrimiento nos afecta mucho y hemos pasado tanto, este reconocimiento es precioso y nos honra que las instituciones y en concreto el Ayuntamiento de Tomelloso nos haya otorgado este premio.
Pensamos que lo hecho no tiene por qué ser premiado, ni nosotros deseamos ningún tipo de ensalzamiento porque no nos consideramos especiales. Simplemente no esperábamos este reconocimiento y nos honra este galardón, estamos muy agradecidos que se hayan acordado de nosotros.
Vosotros fuisteis uno de los primeros servicios que estuvo ahí en el inicio de la pandemia sin saber lo que era, ¿cómo lo vivisteis?.
Yo en concreto no caí enferma, no sé si por el propio destino que me lo tenía reservado, pero yo lo viví como una guerra. No estaba preparada, era una situación en la que todo era irreal, como una pesadilla o una película de terror.
Eran muertes y muertes, no teníamos casi recursos e improvisábamos siempre para dar cobertura al mayor número de pacientes posibles, fue una locura y lo recuerdo con mucho terror.
En el Centro Base nos contagiamos todos y caíamos como chinches. Nuestro compañero José Manuel Uriarte cayó enfermo y falleció, pero la vida sigue, todos nuestros compañeros que se han ido como José Manuel Iriarte consideraban su profesión como una vocación, si cogió el COVID fue porque no tuvo nunca miedo, no sabíamos a lo que nos enfrentábamos ya que era un enemigo desconocido.
Nosotros teníamos equipamientos, aunque fueron escasos, pero no sabíamos cuando nos los teníamos que poner.
En esa especie de marabunta de muerte en todo el pueblo, provocaba que nosotros estuviéramos trabajando aún peor. Existía mucha presión emocional, personal, asistencial y todo el día viendo el dolor existente en la gente de las casas donde entrábamos.
Había familias disgregadas, ancianos solos, uno ingresado y el otro enfermo en casa. Nadie se atrevía a entrar en los domicilios del ajeno. Era todo como una guerra donde se temía al vecino y a nosotros mismos.
Cuando llegábamos a algunos domicilios no nos dejaban ni entrar por miedo a que nosotros también pudiésemos llevar la COVID.
¿Vuestros protocolos de actuación en las emergencias han cambiado anteriormente a la pandemia y después de ella?
Nosotros no hemos tenido miedo, ni entonces ni ahora, sí que es verdad que fuimos viendo según la información que nos llegaba, las maneras de actuar y el uso del equipamiento. El protocolo se ha relajado un poco más, pero hay cosas que se van a quedar para siempre como son las mascarillas. Seguimos usando EPIS, pero cuando tenemos una sospecha o cuando hay fiebre. Lo que no ha cambiado ha sido la ejecución, nosotros seguimos entrando a ayudar a la gente de la misma manera y sin miedo. Nuestra prioridad es siempre salvar la vida de las personas
Nuestra forma de actuar las vamos adaptando según las circunstancias. En esos momentos eran tantas las necesidades que tenía Tomelloso que había que atender al mayor número de personas en el menor tiempo posible. No hemos cambiado nuestra forma de atender, ni creo que la cambiemos.
¿Se llamaba menos al 112 por otro tipo de dolencias que no era la COVID19?
Sí, supongo que sería por el miedo que nos tenían a nosotros. Estábamos peleando contra un fantasma, era algo que desconocíamos y casi toda la gente que llamaba era por temas de la COVID. Aquí en Tomelloso era raro que alguien no estuviera contagiado.
Sabemos que hay pocos médicos, pero podrías hacer alguna reivindicación de las necesidades del servicio 112?
Sí, quería hacer un llamamiento a mis compañeros jóvenes para decirles que este servicio es un servicio muy especial, que es muy bonito, que al que le guste la medicina aquí se hace medicina aunque esté poco visualizado a nivel de las facultades. Aprovecho para recordar a los estudiantes que hay un servicio de emergencias llamado 112. No hay médicos, hay una carencia de ellos.
¿Cómo es el Servicio de Emergencias 112 y vuestro día a día?
Es un sistema de emergencias parecido al de los bomberos, policía nacional y que funciona los 365 días del año, todos los días de la semana y 24 horas al día sin excepción de festivos, ni fines de semana, ni puentes.
Este servicio funciona muy bien por los sistemas modernos de informatización, con nuestra plataforma es todo online. Nos comunicamos con todos los Centros Base de la Comunidad, con nuestro director médico, con nuestra coordinadora de equipo, con nuestro gerente y se hacen sesiones todos los días de lunes a viernes.
La central de emergencias está en Toledo, que es el centro coordinador y desde allí organizan el recurso más adecuado a tu necesidad y por cercanía.
Aquí siempre hay un equipo de dos técnicos, una enfermera y un médico expertos todos en emergencias.
Como última pregunta y agradeciéndote tu tiempo, ¿Qué tal vuestra nueva sede aquí en Tomelloso?
Estamos muy contentos, yo he sugerido de quedarnos aquí. Anteriormente estábamos en un sótano con las cucarachas, ratas y sin luz natural.