La marginación femenina se ha sufrido de distintas formas sociales. Desde la propia separación de lugares y puestos específicos, hasta la producida por la desconsideración existente todavía en muchos países del mundo, pero quizá la mayor deferencia en la mujer ha sido por razón del color de su piel, que si bien es cierto se ha producido igualmente entre los hombres, en el caso de las mujeres es más ostensible.
Presentamos a una mujer negra que fue marginada en su propio país y que finalmente tuvo que abandonar a pesar de sus cualidades profesionales como artista, cantante y bailarina.
JOSEPHINE BAKER
Su nombre era Freda Josephine Carson y había nacido en Estados Unidos, en Saint Louis en el Estado de Missouri en el año 1906.
Ya desde pequeña su padre abandonó a toda la familia. Su madre se casó nuevamente, pero la situación económica de la familia era bastante precaria, por lo que no le quedó más remedio que dejar sus estudios y dedicarse a ganar dinero ocupándose en los cuidados de niños pequeños en familias acomodadas blancas, pero que le obligaban a guardar las distancias con los niños blancos que cuidaba.
A los 13 años se colocó de camarera y conoció a su primer marido, aunque se divorció poco después. Pero, es que además a los 15 años se volvió a casar con Willie Baker, del que también se divorció, pero guardando su apellido.
A los 16 años comenzó a trabajar como actriz cómica en una compañía con la que recorrió prácticamente todo el país. Intentó llegara a ser primera bailarina de la compañía, pero el color de su piel le impidió conseguirlo. Después de algunas actuaciones exitosas, decidió trasladarse a París en 1925. A esa edad tuvo un gran éxito en un Musical Hall en los Campos Elíseos.
A partir de ese momento se convirtió en una gran estrella con buenos recursos económicos y una afición desmedida por tener mascotas de los que su casa estaba repleta: un leopardo, un chimpancé, un cerdo, una serpiente y varios animales más.
Desde entonces por sus éxitos fue nombrada de distintas formas: “La Venus negra”, “La Diosa Criolla” o “La Perla Negra” y fue una verdadero icono en Francia en los famosos años veinte y, por fin, se trajo toda su familia a vivir en Francia, continuando con sus éxitos siendo su cotización económica de las más altas de Europa, llegando a rodar dos películas para el cine.
Quiso regresar a Estados Unidos montando un espectáculo donde, por razones del color de su piel, fue rechazada nuevamente por lo que decidió adoptar la nacionalidad francesa, donde se casó por tercera vez. Esta mujer adoptó a doce niños de distintas edades, nacionalidades y razas llamados “La tribu del arco iris”.
Participó activamente durante la Segunda Guerra Mundial siendo alférez del cuerpo auxiliar y visitaba a las tropas cantando su repertorio. En 1947 se volvió a casar y a los 50 años quiso por segunda vez regresar de nuevo a su país, donde montó espectáculos que fueron diferentemente acogidos y se empleó a fondo para no permitir esa discriminación en diversas intervenciones periodísticas y la llamada “Nacional Associacion for the Advancement of Colored People” distinguió el día 20 de mayo como el de Josephine Baker.
Aunque ya decidió retirarse tuvo que realizar algunas actuaciones en Nueva York, en este caso con gran acogimiento y éxito. Volvió a divorciarse y estableció una nueva relación con Robert Bardy, aunque sin casarse formalmente en Acapulco (México). Este hombre fue su compañero hasta su fallecimiento, ya que Josephine falleció en 1975 de una hemorragia cerebral. Su féretro paseado por las calles de París fue honrado con una salva de 21 cañonazos, siendo la primera mujer que recibía honores militares en Francia. Finalmente fue enterrada en Mónaco.
… Se casó cinco veces, la primera vez teniendo 13 años.
… En el cortejo fúnebre por las calles de París fue aplaudido por más de 20.000 personas.
… La marginación por su raza y color de piel la mantuvo continuamente marcada por esta situación e intentó por dos veces triunfar en su país de origen.
… Intervino en dos películas: “Zou-Zou” y “La princesa de Tam-Tam”.
