Muchas son las imágenes que n os permiten reconocer el gran mundo del paisaje manchego y muy especialmente la clásica meseta que se concentra en gran parte de la superficie de la Comunidad Autónoma, pues no hay que olvidar que la superficie catalogada como llanura manchega supones unos 30.000 kilómetros cuadrado de superficie o lo que es lo mismo, 30 millones de hectáreas, con unas características especiales consideradas como clima mediterráneo continental con altimetría entre 6000 a 700 mm., escasa pluviometría muy raramente superior a los 400 mm. anuales y un clima extremado de temperaturas en verano superiores a los 40 grados y frecuentes heladas en invierno y primavera .
Concretamente la Llanura Manchega se incluye lógicamente dentro de las provincias manchegas de Toledo-Cuenca-Ciudad Real y Albacete y especialmente ubicada y determinada como más específica y representada al noroeste y centro de la provincia de Ciudad Real.
Si, además, hay algo representativo de manera especial es la existencia desde tiempos anteriores de numerosos caminos denominados vías pecuarias donde se producía la presencia de ganados trashumantes de ganado ovino, pues en aquella época el territorio era una dehesa de prados y pastos muy utilizada por el ganado en su traslado de unas zonas a otras., desde la submeseta norte hasta las provenientes del sur, con la abundancia de las Cañadas Reales que prácticamente atraviesan todo el territorio y todavía existentes como la existente en la localidad de Tomelloso.
Posteriormente estas dehesas fueron perdiendo su esplendor y se fueron transformándose en una estepa naturalizada, donde la existencia de árboles característicos como la encina fueron pasando a cultivos cerealista y a partir del siglo XIX la aparición del cultivo de la viña que fue inundando la mayoría de su superficie, juntamente con los ya tradicionales plantaciones de olivos.
