Hay que considerar por su importancia que España es el primer país del mundo de mayor superficie de viñedo, aunque somos el tercer país productor, debido casi exclusivamente de la climatología y el menor potencial de la calidad de las tierras de cultivo en España que disponemos, la cifra está muy próxima al millón de hectáreas.
En nuestro país existen unas 600 variedades de uvas, aunque realmente las más destacadas se reducen a 20, que suponen el 80 por ciento de total.
La cronología de la existencia de bodegas no tiene fechas, pues ya se tienen restos de una bodega en el siglo III a.c. y que se suponen, que ya en el año 4.000 a.c., el cultivo de la viña ya se llevaba a cabo.
Posteriormente los griegos y cartaginenses llevaron adelante su cultivo y sus prácticas, para después, como sabemos, ya los romanos elaboraban vino en abundancia que incluso exportaban.
Es, por tanto, conocido que el establecimiento de cuevas o bodegas de elaboración de vinos son de tiempos prehistóricos.
En España, y durante el periodo de los romanos, se instauraron en España dos zonas prioritarias de cultivo dedicadas de forma más concreta: en la zona que hoy denominamos Tarragona y en una segunda en la zona Bética en la parte del rio Guadalquivir.
Curiosamente ya en aquel entonces se enviaba vino español a la Galia (Francia) en mayor volumen que el propio vino italiano. Como todos conocemos, durante la invasión germana y la posterior invasión de los árabes, no hubo una atención especial al cultivo de la vid, incluso los germanos arrancaron muchas plantaciones de viña, mientras que los árabes, aunque su religión estaba prohibido el alcohol, respetaron que los españoles continuaran cultivando los viñedos sin ninguna restricción específica.
Ya, con la Reconquista y mucho más con la época de las colonizaciones a América, proliferó el cultivo de la viña en sus máximos aprovechamientos.
Aunque hubo un periodo durante el reinado de Felipe II que se intentó disminuir el potencial de los países latinos para evitar competencia con el vino nacional
Ya, por último, sabemos la importante fase de producción y cultivo de viñedo en la época de la aparición de la plaga conocida como filoxera de la vid que arrasó Francia y penetró en España en 1868 y se prolongó hasta 1901, que afectaron en prácticamente en todo el país, aunque su incidencia fue menor en Castilla-La Mancha debido principalmente la falta de adaptación de este insecto en el tipo de suelos agrícolas de nuestro territorio, entre otros.
Es, por tanto, que la tradición en España y de sus bodegas es mucho más que histórica.
ALBALATE DE LAS NOGUERAS (CUENCA)
El municipio está localizado en la comarca de La Alcarria conquense, al norte de la capital Cuenca y a 42 kilómetros de distancia, disponiendo de una población de 267 habitantes y situada a una altitud de 855metros.
Se ubica geológicamente en lo alto de un cerro y rodeado por el rio Trabaque y su afluente el rio Albalate.
Fue un pueblo de dominación árabe y, posteriormente, se construyó la Iglesia de la Asunción del siglo XIII y fue declarado monumento nacional en 1983.
También nos encontramos con el puente del Nogueral del siglo XV, la Fuente de la Alhaja de dos caños y la Ermita de San Sebastián del siglo XVII.
Su economía agraria se basa en el cultivo de la vid, también cereales (cebada), algo de ganado ovino y fue importante el cultivo del mimbre.
Las cuevas se encuentran en lo alto de los cerros en varios estratos y rodeando la población en calles lineales, llegando a existir unas doscientas, de las que todavía se utilizan una 60, para consumo familiar y anualmente se celebran catas de vinos.
Las construcciones son con piedras acopladas a la entrada formando arcos de medio punto.
