El Centro Cultural Casa de Medrano acogió este jueves la charla “Escuela de Familias: Habilidades Sociales para la Vida”, a cargo de la educadora social y mediadora de conflictos Dulce Serrano, un evento que reunió a padres y madres interesados en desarrollar herramientas prácticas para mejorar la comunicación y fortalecer las relaciones en el hogar. La actividad, organizada por la Concejalía de Educación, fue presentada por María José Díaz, concejala del área, quien puso de relieve la importancia de dotar a las familias de competencias clave para enfrentarse a los retos actuales de la educación.
Durante la presentación, María José Díaz destacó que las habilidades sociales son “fundamentales en la educación de los hijos, especialmente en un mundo que evoluciona a gran velocidad”. Subrayó que, como primeros educadores, los padres tienen la responsabilidad de preparar a sus hijos para un futuro cargado de desafíos. “Los valores y las herramientas que transmitimos en casa son la base con la que afrontarán el mundo. Este tipo de charlas son un recordatorio y una ayuda para reforzar ese compromiso diario”.
Dulce Serrano: Comunicación como clave de la educación
Serrano centró su intervención en la importancia de las habilidades sociales no solo para los hijos, sino también para los propios padres y el entorno familiar en general. “Las habilidades sociales son esenciales para cualquier tipo de relación, ya sea en el ámbito familiar, de pareja o social. Si las adquirimos y practicamos, podemos construir lazos más fuertes y resolver conflictos con mayor eficacia”, señaló la ponente.
Con un enfoque práctico y cercano, Serrano ofreció herramientas para abordar diferentes etapas del desarrollo, desde la primera infancia hasta la adolescencia. Hizo especial hincapié en que la comunicación es el pilar de la educación y la prevención. “Si queremos que nuestros hijos nos escuchen cuando sean adolescentes, debemos haber creado ese canal de comunicación desde la infancia. No se trata de sermones ni discursos largos; se trata de saber escuchar y hablar en los momentos oportunos, como viendo una película o comentando una noticia que pueda abrir el diálogo”, explicó.
La charla también abordó cómo los padres pueden gestionar su rol sin perder empatía. Serrano recordó que los adultos, al asumir el papel de padres, a menudo olvidan que también fueron hijos. “Nos ponemos un traje demasiado serio y perdemos la capacidad de conectar con su realidad. Pretendemos que ellos se adapten a nuestra altura como adultos, cuando lo más efectivo es que nosotros bajemos a la suya, entendiendo sus miedos, inquietudes y puntos de vista”, reflexionó.
Prevención y ejemplo como pilares de la crianza
Serrano dedicó una parte de su intervención a los peligros que preocupan a las familias, como el bullying, el consumo de drogas o los riesgos asociados a la sexualidad. Aunque reconoció que estas amenazas existen, subrayó que el miedo no debe paralizar a los padres, sino motivarlos a actuar desde la prevención. “La prevención se construye en casa, con valores sólidos y con el ejemplo. No hay mejor manera de educar que siendo coherentes con lo que predicamos. Nuestros hijos nos observan más de lo que creemos, y nuestra forma de actuar les enseña mucho más que nuestras palabras”, insistió.
Además, alertó sobre el impacto negativo del exceso de información en la crianza actual, que a menudo genera más ansiedad que certezas en los padres. Animó a las familias a confiar en su intuición y a filtrar la información que consumen, centrándose en lo que realmente puede aportar valor a su dinámica familiar.
Un espacio participativo y enriquecedor
El evento, que se caracterizó por su enfoque participativo, permitió a los asistentes compartir inquietudes, plantear preguntas y reflexionar sobre sus experiencias personales. Serrano, conocida por su estilo cercano, animó a los y las asistentes a intercambiar ideas y ejemplos prácticos que enriquecieron aún más la sesión.
Compromiso con la educación familiar
La charla forma parte de las iniciativas impulsadas por la Concejalía de Educación para fortalecer el papel de las familias como motor del desarrollo personal y social de los hijos. Según María José Díaz, “la educación no termina en las aulas; comienza y se refuerza en casa. Estos encuentros son una herramienta para empoderar a las familias y recordarles que no están solas en este camino”.