Ejecutado a petición del Ayuntamiento de Valdepeñas y con la autorización de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), la semana pasada se realizó, la “limpieza de cauce” del arroyo del Peral, entre la zona de las Aguas y los Baños del Peral.
La CHG tiene competencias y poderes para realizar acondicionamiento de cauces, sin embargo, no se comparte la necesidad ni el alcance de los mismos: se trata de medidas que no obedecen a razones de conservación, sino a prácticas obsoletas que deben de abandonarse pues la vegetación natural del cauce es un refugio para la fauna, mantiene la humedad edáfica y mantiene el agua en el cauce por mayor espacio de tiempo, infiltrándose y recargando los acuíferos. Eliminar la vegetación supone que, por el contrario, el agua discurra por el cauce de forma rápida y violenta, aumentando la erosión, con el consecuente enturbiamiento, y disminuyendo un recurso hídrico del que depende la fauna y la flora.
Las autoridades locales con el conocimiento del personal técnico del área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Valdepeñas, ya eran conocedores de los valores ambientales del cauce destruido, compuesto de vegetación silvestre que ofrecía refugio y protección a una variada avifauna, especialmente pequeñas aves habitantes de los zarzales, junqueras y matorrales espinosos con escaramujo y rosales silvestres, ahora destruidos y quemados. Se trata de un hábitat protegido por la directiva de hábitats de la UE: (6420 Prados húmedos mediterráneos de hierbas altas del Molinio-Holoschoenion) que, no sólo ha sido destruido, sino que las quemas desproporcionadas han afectado a la integridad, fertilidad y equilibrio ecológico del suelo y a la dinámica migratoria de muchas aves que encontraban cobijo en la vegetación del arroyo.
Estas actuaciones han dejado el suelo desprotegido y en caso de crecida del arroyo por lluvias torrenciales supondrá una irreparable perdida de suelo con riesgo de aluvión.
Por tanto, exigimos a la CHG que actúe con mayor rigor técnico y mesura al hacer este tipo de actuaciones en nuestros ya de por sí maltrechos cauces fluviales, cumpliendo la legislación de la Directiva Marco del Agua y la Ley del Patrimonio Natural.