Un grupo de 13 niños ucranianos y tres tutores acompañantes aterrizararon en este martes en el Aeropuerto de Barajas de Madrid, procedentes de Kiev. Los menores, de entre 8 y 12 años, se tomarán un descanso de la guerra, desatada por rusa en febrero del 2022, para pasear por las calles de Madrid, visitar los lugares más emblemáticos y compartir una semana de actividades recreativas en un contexto de paz. Olga Dmytriv, coordinadora del proyecto, ha detallado que los menores “fueron robados por Rusia y luego rescatados por Ucrania” y añade que “algunos de sus padres están en la guerra y otros incluso han perdido la vida”. La iniciativa ha sido coordinada por la Fundación Madrina, gracias al esfuerzo de empresas donantes y un grupo de voluntarios adscritos al proyecto sin ánimo de lucro.
“Los coordinadores que tenemos en Ucrania han solicitado convocar un grupo de niños y ha sido el Gobierno el que ha seleccionado la cantidad y los perfiles”, ha profundizado Dmytriv, quien no duda de que “este viaje, le ayudará mucho a los niños para descargar las emociones acumuladas y a disfrutar de tiempo de calidad”.
Aterrizaron en la tarde de ayer martes 26. Los niños fueron trasladados al polideportivo de Alcobendas, cedido por el Ayuntamiento de este municipio, donde pernoctaran durante toda su estadía. La alcaldesa de esa localidad, Rocío García Alcántara, recibirá a los visitantes en la sede de Gobierno hoy miércoles y, posteriormente, los menores disfrutarán de una excursión por Madrid. Un día más tarde, un pediatra voluntario examinará a los menores en la sede de la Fundación Madrina antes de la visita al zoológico de Madrid. “Nos parece importante identificar si tienen secuelas de la guerra para prevenir la aparición de patologías, así que también serán revisados por una psicóloga”, puntualiza Conrado Giménez Agrela, presidente de la Fundación Madrina.
El viernes, el grupo se trasladará al Estadio Santiago Bernabéu para recorrer el museo del Real Madrid. El fin de semana visitarán el parque de atracciones de Casa de Campo, asistirán a una función de circo y recorrerán el parque navideño Puy de Fou, en Toledo. El lunes finalizará la excursión con un desayuno en la Fundación Madrina, antes del traslado al aeropuerto.
Los periodistas que quieran acompañar al grupo en cualquiera de las actividades podrán reservar una plaza en el correo electrónico comunicacion@madrina.org. La entidad pone a disposición de los comunicadores intérpretes para la realización de entrevistas y material de apoyo (imágenes y vídeos) de la visita.
Un compromiso sin fecha de caducidad
El viaje de los menores se enmarca dentro de un programa más amplio de asistencia a las víctimas de la guerra en Ucrania. “Desde el principio, Fundación Madrina ha apoyado a Ucrania en los momentos más duros. Todo empezó hace un par de años cuando trasladamos a más de 70 niños ucranianos de un orfanato en zona de guerra hasta Madrid y les brindamos asistencia”, remarca Dmytriv.
Giménez ha subrayado que “la fundación ha cooperado recientemente con deportistas ucranianos que han resultado mutilados en la guerra para que participen de eventos deportivos en España, concretamente en el Strongest Man”.
El año pasado otro grupo de niños ucranianos voló hacia Madrid. Entonces, la Fundación Madrina colaboró en el reparto de alimentos y la coordinación de algunas actividades. Pero este año, señala Dmytriv, la implicación de la entidad ha sido mucho mayor, ya que figura como la única gestora del proyecto. “Ya tenemos alojamiento, alimentación y un cronograma completo de actividades”, comenta la trabajadora de origen ucraniano.
Giménez manifiesta que la Fundación Madrina ha adquirido cierto reconocimiento entre la población ucraniana: “Hay familias que llaman a la Fundación para pedir que los traslademos a España, ya que tienen niños con patologías como TEA que no son capaces de gestionar bien el estrés de la guerra”.
El presidente de la Fundación Madrina resalta la importancia de este viaje para los menores: “Aquí van a encontrar su pequeño paraíso”. Giménez aún recuerda las palabras de gratitud de la directora del orfanato después del rescate de la Fundación en Ucrania: “Gracias por regalarnos un cielo sin bombas”.
