Los sedimentos de los periodos geológicos ya apuntados, con el paso del tiempo se fueron convirtiendo en extensas e intrincadas capas, conteniendo fósiles y petrificaciones zonales; con correlación cronológica compleja, en la mayoría de los casos; entre arcillas, calizas, margas yesíferas, sal cristalizada y otros minerales… Una vez retirados los mares, van emergiendo relieves “montañosos” de caliza lapidificada.
El valle del Alto Guadiana, con sus “sucesos” isostático-geológicos y agentes hidrogeológicos de considerable envergadura, fueron arrasando y fraguando oteros, grietas, torcas en embudo y cazuela, derrumbes, cortados, abrigos—podría ser el caso del Yacimiento de los Villares—, simas, covachas como la “Cueva del Minero”, “Cueva María Garrida” —y otras—, “Cueva de Montesinos”; cavidad ésta de las más renombradas, con una consistente cobertura caliza de morfogénesis abovedada, que fue perdiendo consistencia donde los depósitos de arcillas y clásticos estaban menos consolidados o compactados… Y por una abertura de unos cuatro metros de diámetro, apareció a la “luz” un geoembolsamiento vadoso, en el fondo de la caverna.
Pocos reparamos en que la geofisonomía de la Cuenca del Alto Guadiana o “Lagunas de Ruidera”, ha sido muy distinta a la que contemplamos actualmente… Los “geomuros”, “geocoberteras” y “geobarreras” de travertino o toba, pueden considerarse formaciones del Cuaternario, con sus glaciales e interglaciales, principiando, posiblemente, hace un millón de años, reforzándose el “geo-armazón de travertino, durante unos (240.000) doscientos cuarenta mil años (¿?). Hasta que todo empezó a cambiar—según estudios científicos—, coincidiendo con una crisis climática hace unos cuarenta mil (40.000) años… Hace pocas fechas medíamos el grosor de la toba adherida en el interior de los tubos de la central hidroeléctrica de “San Alberto” y nos daba la cifra de 1,33 mm, de adherencia por año; desde su puesta en funcionamiento en 1910, hasta su parada en 1970.
Si equiparásemos los 4.500 ó 5.000 millones de años de la Tierra, con los 365 días del año, los primeros homínidos existen desde el 31 de diciembre, a las cuatro de la tarde… Y en el ámbito de la Cuenca del Alto Guadiana, habría presencia humana desde las 23 horas. Las Lagunas se configurarían (con distinta morfología), a las 23 h. y 32 m., de la noche del final del año… ¿Estamos viviendo una fase interglacial? ¿Alguien sabe si las glaciaciones han terminado?
Es evidente que nadie sabe con exactitud, cu ándo aparece el ser humano en el planeta Tierra…; y no digamos ya en la Cuenca del Alto Guadiana… Ni la Paleontología Humana, hasta el día de hoy, ha podido demostrar en qué momento de la evolución surge, con sus rasgos morfológicos, el “hombre” como tal… Resulta un tanto atrayente la estrofa 3ª, de las Tragedias de Eurípides: “¡…Oh rocas arboladas del dios Pitio, oh morada de las Musas del Helicón, celebrad con vuestro alegre canto a mi ciudad, a mis muros, donde surgió la raza de los Hombres Sembrados…!”.
La datación más o menos minuciosa de “restos” fosilizados, es fundamental para encuadrar el grupo de especies e individuos y otros…, en el ámbito evolutivo-territorial y también para integrarlos y ubicarlos en la evolución biológico-climática de un ecosistema. Finaliza en el capítulo siguiente.
Salvador Jiménez Ramírez