Hablar de agua en Castilla-La Mancha es hablar de vida, recursos, riqueza…casi hablar de oro para el campo en nuestra región, eminentemente agrícola y ganadera, pero también para los pueblos y ciudades.
Necesitamos el agua para vivir, para desarrollarnos y para que, tanto los cultivos como los animales, e incluso las industrias puedan llevar a cabo su actividad; por ello estamos hablando de un elemento central para la sociedad y para el ser humano.
Lamentablemente, y sobre todo en nuestra tierra, no contamos con el agua en la cantidad necesaria para satisfacer las necesidades de todos: desde el uso básico de las familias, al de las empresas, el campo, incluso el relacionado con el ocio. Por ello es necesario que llevemos a cabo un uso responsable de la misma, pero también que los responsables y las administraciones tengan presente una planificación para ello.
Creo que en Castilla-La Mancha se ha politizado el agua desde hace ya muchos años. Y buena parte de esa politización de este recurso vital es responsabilidad de aquellos que nos gobiernan desde hace casi cuarenta años. Aquellos lectores de este artículo que siguen habitualmente la actualidad política regional, sabrán de lo que les hablo ya que, es recurrente el tema del agua para los socialistas, sobre todo cuando quieren tapar otros asuntos que les afectan.
Por ello, desde que tengo responsabilidad pública regional, he reclamado que se supere esa manía tóxica del socialismo de utilizar el agua como un elemento de confrontación, que se defiende solo de boquilla (como otras tantas cosas).
El agua requiere de acuerdos, consensos y acción unificada para defenderla, garantizarla y solicitarla a una. Es por ello que recordarán que, desde el PP, propugnamos un acuerdo histórico en materia hídrica con la conformación de la Mesa Regional por el Agua de Castilla-La Mancha que, durante meses, negoció y dio lugar a un documento nunca antes conseguido en nuestra tierra como es el Pacto Regional por el Agua, que recogía la sensibilidad de decenas de entidades implicadas en la política de agua que se pusieron de acuerdo para plasmar una posición común que defender a nivel nacional.
A alguien en el Gobierno del PSOE regional no debió gustarle esto; imagino que será a su máximo responsable, porque ese pacto duerme el sueño de los justos y está olvidado en un cajón. Un pacto que no ha sido presentado en la Moncloa, y un pacto cuyos acuerdos y medidas no se han llevado a cabo. Claro, imagino que avanzar en la política hídrica de la región impide que se siga teniendo el agua como un recurso político al que acudir cuando la actualidad informativa no va bien.
Me considero, sin duda alguna, un político de acuerdos y consensos, busco en todo momento el bien común y tomo decisiones en base a lo que pueda beneficiar a mis paisanos. Por eso me resulta incomprensible que algunas decisiones de gran relevancia y que ya hemos solicitado vía parlamentaria, como es la legalización de los pozos prioritarios, se abandone y se olvide por completo sin tener en cuenta que beneficiaría a cientos de regantes, sobre todo de la comarca de La Mancha.
El gobierno socialista de Page se ha instalado en una posición peligrosa, en la que su presidente está volcado en Madrid, mirando por su futuro político y participando en las intrigas que se producen entre Ferraz y la Moncloa. Una estrategia destinada únicamente a participar en una suerte de juego del ratón y el gato con Sánchez que no trae nada positivo para Castilla-La Mancha; un tira y afloja previamente pactado que lo único que provoca es un abandono preocupante de las políticas regionales.
Page se olvida de las tareas que, en su toma de posesión, juró desarrollar ante la Constitución y está dedicado a otras porque la región le aburre, porque son demasiados años al frente del gobierno o dentro de él, y porque piensa más en cruzar el Tajo y participar de las intrigas que él mismo dice que solo hay dentro de la M-30, que en su tierra.
No quiero terminar este artículo con los sinsabores que nos ofrece a diario el gobierno regional, y sí poniendo de relevancia la importancia del agua para Castilla-La Mancha. Por ello, es momento de dejar de verla pasar sin más, y de actuar para aprovecharnos de un recurso vital para todos. Solo si actuamos unidos, de la mano, dejando a un lado las siglas y poniendo por delante los intereses de los castellanomanchegos lo conseguiremos. Yo, al menos, no descansaré hasta que mi tierra tenga lo que se merece y antepondré siempre mi gente a mi propio partido, cosa que otros no pueden decir.
Paco Núñez
Presidente del Partido Popular de Castilla-La Mancha