El cáncer infantil es una de las principales causas de muerte en niños y adolescentes. Según la Organización Mundial de la Salud, cada año se diagnostican aproximadamente 300.000 casos de cáncer en niños menores de 19 años. A pesar de su gravedad, el cáncer se puede tratar y curar, gracias a los avances en investigación médica.
El cáncer infantil es una patología que ataca a los niños desde edades muy tempranas y que consiste en un crecimiento anormal y descontrolado de células malignas que se diseminan en el interior del cuerpo. Hasta ahora, no se conoce con certeza qué lo provoca. Los avances en la investigación médica han conseguido que diversos tipos de cáncer en la infancia sean tratables y, en muchos casos, curables. No obstante, el acceso a estos tratamientos no es equitativo en todo el mundo. Las disparidades en la atención médica, especialmente en comunidades vulnerables, son discriminatorias e inadmisibles.
El 15 de febrero, Día Internacional del Cáncer Infantil, es una fecha que nos recuerda la importancia de unirnos en la lucha contra esta enfermedad. La investigación, la prevención y la igualdad social en el acceso a tratamientos son pilares fundamentales para garantizar que todos los niños tengan la oportunidad de vivir plenamente y alcanzar su máximo potencial.
Es responsabilidad de toda la sociedad en su conjunto apoyar iniciativas, impulsar colaboraciones y promover actividades que contribuyan a un futuro más justo y esperanzador para la infancia.
Resulta preciso subrayar que, cada año, miles de niños en todo el mundo son diagnosticados con cáncer. Esta dura realidad no solo afecta a los pequeños, sino que también impacta profundamente a sus familias y comunidades. La mayoría de los niños y jóvenes que padecen cáncer enfrentan la leucemia como el tipo más común, seguido por tumores en el sistema nervioso central y los linfomas, que afectan a los ganglios linfáticos. Afortunadamente y gracias a los avances de la ciencia, muchos de estos niños, que son diagnosticados a tiempo, logran sobrevivir, lo que representa una noticia esperanzadora ante una realidad muy dura de enfrentar.
Como defensora de los derechos humanos, reivindico -una vez más- la necesidad de garantizar la igualdad en el acceso a la atención médica. No se puede admitir que el lugar de nacimiento o la situación económica de una familia determine el futuro de un niño o una niña. Todo niño con cáncer tiene derecho a la vida, a tener una existencia lo más normalizada posible, con acceso a la educación, a realizar actividades lúdicas y a un tratamiento adecuado para afrontar la enfermedad. Razonadamente, la importancia del apoyo emocional y psicológico para las familias de niños con cáncer es fundamental. Por ello, es preciso destacar la relevancia de contar con redes de apoyo, grupos de ayuda y servicios especializados para enfrentar los desafíos emocionales vinculados a la enfermedad.
El cáncer infantil es una realidad que no podemos ignorar. Cada diagnóstico representa no solo una batalla médica, sino también un desafío emocional y social para los niños y sus familias. Es preciso subrayar que, a pesar de los avances en la investigación y el tratamiento, las desigualdades en el acceso a la atención médica siguen siendo un obstáculo significativo. Consecuentemente, como sociedad debemos asumir que la lucha contra el cáncer infantil es una cuestión de derechos humanos y justicia social.
La esperanza está presente en cada historia de superación, en cada infante que logra vencer la enfermedad. Sin embargo, esta esperanza debe ir acompañada de un compromiso colectivo para garantizar que todos los niños, sin importar su origen, tengan acceso a los tratamientos y recursos necesarios. Por ello, el tema de este año, “Inspirando Acción”, subraya la importancia de la unión de esfuerzos entre gobiernos, instituciones, organizaciones y la sociedad civil para transformar esta realidad.
En la lucha contra el cáncer, la investigación es clave. Necesitamos más fondos y recursos destinados a estudios que permitan desarrollar nuevas terapias y tratamientos. La colaboración entre instituciones, gobiernos y organizaciones no gubernamentales es esencial para fomentar un entorno donde la investigación pueda avanzar. Invertir en investigación es invertir en vida y futuro.
Igualmente, la prevención juega un papel crucial. La concienciación sobre los síntomas del cáncer infantil puede llevar a diagnósticos más tempranos y, consecuentemente, a tratamientos más efectivos. Resulta fundamental que los padres, educadores y profesionales de la salud estén informados y capacitados para reconocer las señales de alerta.
Hoy hacemos un llamado a la acción. Exigimos un compromiso firme por parte de las instituciones y de la sociedad en general para invertir en investigación, apoyar a las familias afectadas y garantizar que todos los niños y niñas tengan acceso a tratamientos de calidad. Juntos, de forma colaborativa, podemos marcar la diferencia y curar. Por ello, insto a la sociedad a unirse en la lucha contra el cáncer infantil y a brindar todo el apoyo necesario a los niños y a las familias afectadas.
Nuestro mensaje es de reivindicación de un activo compromiso de toda la sociedad. El cáncer infantil se puede curar, pero requiere la participación de todos y todas, ya sea a través de donaciones a organizaciones benéficas, voluntariado en hospitales infantiles, difusión de información clave sobre esta problemática, educación o apoyo a la investigación. Cada esfuerzo suma.
El cáncer infantil no es solo una batalla médica; es una lucha por la vida, la dignidad y la esperanza.
Dra. ASCENSIÓN PALOMARES RUIZ
CATEDRÁTICA
PRESIDENTA DE LA ASOCIACIÓN EUROPEA “LIDERAZGO Y CALIDAD DE LA EDUCACIÓN”