Los que me seguís desde hace tiempo, sabéis que no escribo de nada que no haya hecho yo mismo. Mis recetas y mis consejos, responden a mi experiencia como cocinero y como amo de casa. Y, aunque suene políticamente incorrecto, he de deciros que no existe sustituto del huevo. Además, a nivel nutricional, el huevo es difícil de sustituir porque es el alimento con las proteínas más completas gracias a los aminoácidos que contiene.
No todo el mundo evita el huevo por creencias o filosofías como el veganismo, sino por intolerancias o alergias. Y con el auge de la cocina vegana, la industria alimentaria se está dejando muchos recursos en buscar sustitutos vegetales que imiten en textura y en sabor a productos animales o derivados, como es el caso del huevo.
Y si algo me indigna especialmente, es ver en la estanterías de las tiendas especializadas en dietas veganas, marcas que se venden como sustitutos del huevo.
Si miras su composición, aparte de una larga lista de ingredientes que suenan muy poco saludables, el producto en si mismo acaba siendo harina de garbanzos con levadura.
La promesa de esos productos es que, mezclados con agua, se pueden hacer deliciosas tortillas de patatas. Yo las he probado. Y las he intentado elaborar con mis alumnos en algunos de mis cursos veganos. Mi conclusión es esta: es una pasta difícil de comer.
No obstante, y ya que como os digo, mucha gente necesita eliminarlo de sus dietas por alergias e intolerancias, he seguido buscando un sustituto del huevo. Mi idea es usarlo principalmente para hacer postres, porque no hay forma de sustituir un buen huevo frito.
El caso es que he encontrado una elaboración gelatinosa a base de semillas de lino o de chia. Se llama MUCÍLAGO y su elaboración es relativamente sencilla.
Como elaborar mucílago:
Lo calientas todo en un cazo sin que hierva, lo retiras y lo dejas reposar media hora, lo cuelas y obtenemos un líquido viscoso y gelatinoso que se llama mucílago.
En el video se ve con claridad como es el proceso
Ese mucílago tiene la cualidad de ser un aglutinante como el huevo. Se puede usar para hacer bizcochos, galletas, pudings y otras elaboraciones como por ejemplo mezclad con chocolate fundido y elaborar una ganache para hacer trufas. O también puedes diluirlo en leche y hacer merengue.
Más adelante os lo mostrare cuando haga algún postre para que veáis que es una alternativa muy interesante y sorprendente.
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