El pasado 15 y 16 de marzo visitamos Utiel y su región vinícola para conocer el mundo subterráneo relacionado con su cultura del vino.
Nuestra visita vino de la mano de la Asociación Cultural Serratilla. Esta agrupación ha sido clave para concienciar e impulsar el desarrollo turístico en la ciudad de Utiel. Desde su fundación, han realizado una variada gama de actividades de todo tipo: rehabilitación de edificios, colocación de monumentos, visitas guiadas, conferencias, exposiciones, etc. Su incansable trabajo desde 2015 ha permitido que instituciones públicas y particulares vean el valor que tiene el patrimonio de la ciudad, comenzando a realizarse iniciativas que la propia asociación alaba con sus premios Serratilla. Mención especial a Carlos J. Gómez-Miota, uno de sus miembros, quien nos hizo de guía y ya había participado en las Jornadas de Cuevas Enológicas de Tomelloso, mostrando el caso de Utiel y el trabajo de la asociación. Carlos conoce muy bien las cuevas-bodegas de esta zona, y, de hecho, este año se publicará un libro suyo al respecto.
Como nos dijo Carlos: “Utiel es el hermano mayor de Tomelloso”. Dos pueblos hermanados por una historia muy parecida, donde la viticultura y las alcoholeras han sido y son el corazón de su economía, con un subsuelo horadado por cuevas-bodegas y las mayores bodegas-cooperativas del país. Utiel es el mayor por ser más viejo, pues sus bodegas subterráneas están documentadas desde 1387 y su cooperativa nació en 1927, siendo la más grande hasta la llegada de la cooperativa de Tomelloso en 1961.
Entre almendros en flor salpicados en viñedos ya podados, llegamos a un Utiel envuelto por su ambiente fallero. La visita fue monotemática, girando alrededor de la cultura vinícola y las cuevas que hay en la zona, que era lo que nos interesaba. Visitamos el conjunto municipal de Utiel, formado por la Oficina de Turismo en la antigua “bodega de los Amorosos”, las Bodegas Subterráneas de Puerta Nueva y el túnel medieval de Ariño. También los recientemente inaugurados Centros de Interpretación de la Villa Medieval y de la Alfarería de Utiel, este último imprescindible para entender la tinajería utielana que se colocaba en las cuevas-bodegas. Todo ello dentro del Casco Antiguo de Utiel, donde las actuaciones de la Asociación Cultural Serratilla (rehabilitaciones, esculturas, murales, etc.) consiguen embellecer aún más el callejero medieval. Más allá del itinerario turístico de Utiel, conocimos otras cuevas en toda la comarca: la Bodega de Rosario y Nicolás en Utiel, las Cuevas de la Villa en Requena o el conjunto en la pedanía de Las Cuevas de Utiel, donde las bodegas subterráneas conviven con casas-cueva, llamadas “Barracas”.
Ver este patrimonio es conocer una tradición vinícola milenaria, ya existente en el siglo VII-VI a.C. Se conservan evidencias arqueológicas del cultivo de la vid y la elaboración de vino en varios yacimientos arqueológicos, destacando la ciudad ibérica de Kelin, y continuando de manera ininterrumpida hasta la actualidad. Desde los siglos XIII-XIV, la viticultura utielana se ha caracterizado por disponer de bodegas subterráneas debajo de las viviendas, donde se elaboraba y almacenaba el vino de autoconsumo. Este enfoque hace que numerosas casas privadas en los centros históricos de prácticamente todos los pueblos y aldeas del Altiplano de Utiel-Requena tengan este tipo de estructuras como una parte más de la vivienda. Un conjunto donde Utiel sobresale por su elevado número, ya que, al menos desde el siglo XIV, esta villa se especializó en la comercialización de vino para abastecer la demanda de otras poblaciones cercanas.
En el siglo XVIII, las viejas cubas de madera de quejigo comenzaron a sustituirse por recipientes de barro, las célebres tinajas, que se elaborarían en las ollerías de Utiel. Es a partir de este momento cuando la viticultura en bodegas subterráneas va definiendo la arquitectura enosubterránea, característica que ha llegado hasta nuestros días. Grandes salas excavadas bajo el cinto de piedra donde se ubican los “bajillos”, hileras de tinajas empotradas en el muro sin que apenas se vean la panza y la boca. Estas cuevas-bodegas ofrecían un singular sistema de elaboración, utilizando lagares llamados “trullos” para el estrujado, la fermentación y la maceración de los mostos antes de trasegarlos a las tinajas, donde realizarían la fermentación maloláctica y el almacenamiento hasta su venta.
Un modo de elaboración en cueva que entraría en decadencia con la llegada del ferrocarril Valencia-Utiel en 1885, que supondría la industrialización y modernización de los sistemas de vinificación. De este modo, aparecieron nuevas grandes bodegas en superficie que girarían alrededor de la estación de Utiel, en lo que se conocería como el “Barrio de las Bodegas”. Este punto, entre 1885 y 1932, tendría la mayor concentración en todo el país de este tipo de instalaciones, y por ello Utiel fue conocida como la “Bodega de España”. Prueba de ello es la Bodega Redonda-Museo del Vino, con una planta circular que recuerda a El Lagar de la cooperativa. Pero también hay otros casos singulares, como la Cooperativa Agrícola o la Bodega Mompó. Este tipo de nuevas bodegas también se distribuye por todo el territorio de Utiel. Nosotros visitamos una de ellas, Hoya de Cadenas, donde la antigua bodega en superficie de 1885 es un museo de barricas pintadas por artistas.
Y, a pesar de todo lo visto, nos quedamos sin poder ver muchas más cosas: Nos faltó entrar a la Iglesia de la Asunción, un templo gótico tardío realizado por los mismos picapedreros de La Lonja de la Seda de Valencia. Explorar las bodegas actuales que se distribuyen por toda la Denominación de Origen: Bodegas Utielanas, Palmera, Nodus, Vera de Estenas, Calagata, Picaraza, Sierra Norte, etc. La Casa de la Cadena, un palacete de una familia hidalga donde han dormido muchos reyes de España y que conserva en su planta baja un decimonónico Café Salón Pérez. El Santuario del Remedio, donde está la patrona de Utiel y cada 6 de septiembre la bajan para que proteja la ciudad durante la vendimia. La naturaleza salpicada por viñedos en la Sierra Negrete o las Hoces del Cabriel, pues Utiel está enclavada entre dos reservas de la biosfera: la del Cabriel y la del Alto Turia. Y lo que nos dejamos.
Utiel es un ejemplo distinto, pero que recuerda mucho a Tomelloso, del cual podemos aprender mucho, al igual que ellos de nosotros. Esperemos que, más pronto que tarde, la Asociación Cultural Serratilla nos visite, y nosotros volvamos. Crear sinergias entre pueblos con cuevas enológicas es clave para el desarrollo de todos.
La cueva «Orígenes» de Tomelloso propiedad de M.ª Paz Villena Cepeda, madre de Belén destaca por su gran tamaño y antigüedad, puedes ver más información aquí.
