Virgen de las Viñas Tomelloso
Cuadernos Manchegos
Cuadernos Manchegos

Como el verano viene con él regresas tú, desde ese lugar sagrado que está por encima de toda realidad en éste atardecer de junio poéticamente tuyo, Manuel Muñoz Moreno: y siento que ha pasado el tiempo sobre tu voz  que guardo en el ángulo del alma. Sobre esta tierra tuya se conjuga la desmesurada sombra del adiós signada  de antiguo canto de poetas, viajeros desde la noche de los tiempos de trovas que reposan en ese incesante viaje de amar a nuestros muertos.

Tus versos, y tú, son hoy el centro de la noche y todo, y todos, te pertenecemos en este pasaje de tu historia. Sobre el alero de la noche duermen golondrinas llegadas desde lejos, es posible que no sean las mismas que tu viste pero son golondrinas eternas que regresan al amparo de tu pueblos y de tu alero.

Volver querido amigo a dialogar contigo es un libro cerrado con resquicios de páginas de duelo en libre elección de nuestro espíritu. Mentiría, si en esta elegía no dijera a todos que  me duele estar hoy en tu pueblo sin tenerte. Y por ti, Manuel,  mi canción  es plegaria de nómada que espera encontrarte otra tarde cuando emprenda ese camino tuyo que me espera.

Hoy no puedo traerte una flor de manzano porque se han cubierto de hojas verdes y al verlos, Manuel Muñoz Moreno, recuerdo aquella despedida que nos dejaste escrita: “Emprendo mi vuelo como la hoja del manzano sin dueño” desde entonces cada manzano que contemplan mis ojos eres tú.  Y te veo en el viento que mueve sus ramas  como si tú, me hablaras.

Palabras de añoranza que buscan tu recuerdo. Palabras de tus amigos poetas, Manuel Muñoz Moreno, que se sucederán al contraluz de la tarde rabanera para quedarse entre tus calles, flotando en los rincones y subiendo al desván de la nostalgia, porque aunque duele no tenerte entre nosotros recitando tus poemas, hermano juglar, yo te siento custodio de nosotros. Y vuelas ahora entre las lluvias que nos mojan con tu voz y tu palabra entre el soplo de tu eterna despedida y no dudo que como tu dijiste "Nos vemos en otros lejanos soplos...Con cariño”…

Así nos llegó tú último poema a través del móvil, gracias al amor de Begoña, tu mujer, que nos hizo llegar como postrer regalo sin codicia, el hermoso poema de tu adiós. Y si, nos sirve tu palabra para comprender que un poeta se queda en sus poemas. Pervive en cada uno de sus libros, en cada uno de sus versos, cavando su belleza estrías en el latir del corazón.

Julio Criado Director editorial de Ediciones C&G junto con el Coordinador de Poetas de Oretania Luis Díaz-Cacho,  nos reúnen para rendirte homenaje, o para hacernos sentir que no te has ido y que tu palabra no es silencio. Y así a la caída de la tarde  “Palabras en silencio” el libro en el que tú participaste te hará visible en estos versos que son tuyos dedicados a Ana;

Todos los días Ana

se posa en mis pupilas

para que el desierto recuerde

en su forma de regar

de abrir estelas

que eviten el olvido

abriendo mares de sencillas certezas.

En los espejos de las tardes, Manuel, me apoyo para descifrar los versos que nos dejaste al marchar hacia el infinito.

Natividad Cepeda

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